En el silencio

Cuantas veces nos hemos quedado pensando en tantas cosas que vivimos día a día y sin darnos cuenta se nos va el tiempo, se nos van las oportunidades, se nos van las cosas; pero eso no es lo importante, sino que en ese momento nos damos cuenta que se nos han ido las personas y nuestra vida. 
Le damos tanta importancia a cosas banales, que consumimos la mayor parte de nuestro tiempo en ellas, sin fijarnos que con cada instante invertido, hemos dejado de lado lo realmente significativo en nuestras vidas; la familia, amigos y hasta nosotros mismos. Cuanto tiempo pasamos en el trabajo preocupados por lograr los objetivos, por cumplir los compromisos, por no quedar mal, haciendo de todo para alcanzar las metas laborales que nos planteamos o que nos exigen, ¿Qué tan importante es esto para nosotros?, ¿cuanto me apasiona lo que hago?, realmente me siento feliz con lo que estoy haciendo, o simplemente ya es una completa rutina, que se cumple con un horario o con unas responsabilidades, pero realmente en el fondo de nuestro corazón ¿me siento feliz con lo que hago?, vale la pena contestar estas sencillas preguntas. ¿soy feliz?
Llega el momento que nuestra vida requiere de una pausa, detenernos a pensar con la mayor sinceridad y objetividad  ¿qué es lo que realmente deseo?, pero en medio de ruido constante de la sociedad nos hemos quedado sordos que no nos escuchamos ni nosotros mismos, ese es el instante en el cual necesitamos con urgencia escuchar nuestro corazón y para ello, debemos buscar el silencio, solo en el silencio podemos pensar con claridad, podemos oír nuestro interior y entender que la vida no es un afán constante, ni  ruido, ni estrés  la vida es la única oportunidad que tenemos de ser nosotros mismos, de ser felices, de compartir con la familia y amigos, para disfrutarla, para reír, para amar.
En el silencio, solo en el silencio escucharemos la voz interna, ese yo niño que nos recordará que el mundo es para descubrirlo día a día, que la vida es para disfrutarla en la forma que se nos presente y para moldearla según la circunstancias. Es nuestra vida, solo tú, solo yo podemos hacer con ella lo que debemos hacer, nadie lo podrá hacer por nosotros, la persona más importante eres tú, soy yo; nadie puede ser feliz en mi lugar, cada quien vive su propia vida. Concéntrate, escucha atentamente el sonido del silencio, allí escucharas la voz de Dios, él te dirá grandes cosas, esas cosas que solo las escucha nuestro corazón.

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