¿Cómo sanar el dolor del inconsciente?
Hoy de nuevo con ustedes, para
entregarle un artículo para su reflexión, les quiero hablar sobre ¿Cómo sanar
el dolor del inconsciente? Ese dolor que en muchas oportunidades ni siquiera sabemos
que existe, pero que aflora en momentos de debilidad, de depresión o de
enfermedad, ese dolor que viaja oculto en nuestro subconsciente, que no hemos
querido observar, ni aceptar, por miedo, por desconocimiento o por el ego.
Interesante es ahondar en los
rincones más profundos de nuestro inconsciente, esos lugares a los tenemos gran
temor de acceder, por diversos miedos, por creencias y porque allí afloren las
emociones, esas emociones que nos muestran lo sensibles que somos, que dejan en
evidencia nuestro aspecto más humano y que realmente ocultamos tras máscaras y
fortificamos detrás de murallas inmensas, esos son exactamente las que debemos
encontrar, lo que debemos observar, ese dolor intenso que nos doblega, que ha
vivido con nosotros en un estado de aparente calma, porque está allí dormido,
esperando salir al mundo exterior, aflorando de la única forma que encuentra
para hacerlo y mostrarnos que está vivo.
Es curioso, pero cuando el dolor está
sumergido en las profundidades de nuestro inconsciente, se encuentra dormido,
por lo que no sentimos ningún dolor, es por ello, que no sabemos que está allí,
o simplemente nos negamos a verlo, aunque sabemos que está allí, pero como está
latente, lo obviamos. El detalle esta, cuando ese dolor despierta por cualquier
circunstancia y empieza a emerger, es en ese momento cuando se empieza a sentir
dolor, incomodidad, frustración, sufrimiento, desesperación y hasta crisis,
dependiendo del nivel del dolor que estaba ocultándose. Cabe destacar, que cada
quien guarda en su subconsciente distintos tipos de dolor, diferentes heridas,
por lo que cada persona reaccionara de forma particular ante su propio dolor cuando
este aflora. Cuando el dolor despierta, cuando lo sentimos, se nos presenta la
oportunidad de observarlo, aceptarlo, trabajarlo, superarlo y especialmente para
sanarlo.
Cuando vivimos situaciones difíciles
en la vida, ya sea en el campo profesional o personal, es común que desde
nuestras creencias, culpabilicemos a los demás por lo que sentimos de un hecho
en particular, no aceptamos que cada circunstancia nos está mostrando una
realidad como lo plantea la Ley del Espejo, ese aspecto en el que debemos
trabajar en nosotros mismos para aceptarnos. Es común que eventos y personas nos haga sentir molestos, incómodos,
irritados, iracundos, tristes, frustrados, y todos los adjetivos que quieras
usar para ello, porque en ese instante sentimos dolor, estamos tristes y
sentimos sufrimiento, pero que realmente es autoinflingido, porque nada externo
puede dañarnos, ni causarnos dolor, si no
se lo permites. Tú tienes el poder de aceptar lo que pasa a tu alrededor y
aprender de ello, más no sufrir con ello, al menos que lo que estas
experimentando este dentro de ti y esa
es una vieja herida que no ha sanado, que se muestra de forma evidente para que
la veas, seas consciente que existe, que debes trabajar en ella, aceptarla,
abrazarla y sanarla. Cuando eres consciente de esa herida y del dolor que te
genera, allí empezará el proceso de sanación interior.
Yo, me he preguntado muchas veces
¿Cómo puedo sanar el dolor que llevo dentro? Ese dolor intenso que me desgarra
el alma, que no me deja avanzar, que me llena de tristeza, de ira y hasta de
desesperación. Cuántas veces he buscado respuesta, soluciones externas y no
hallaba ninguna, hasta que me dijeron, “Busca
dentro de ti, observa consciente lo que está en tu inconsciente” En ese
momento, emprendí el viaje, más difícil de mi vida, un viaje que debía hacer de
la forma más delicada y detallada tras cada una de mis máscaras, en cada una de
mis heridas, de esas emociones que estaban atrapadas y catalogadas, ¡Vaya! Ese viaje
por las sombras de mi subconsciente, fue doloroso, observar con atención ese
dolor, aceptarlo y abrazarlo, fue complicado, porque mis creencias y mi ego me
empujaban a lo cómodo, a no sufrir. ¿Pero cómo puedo sanar una herida si no
aplicó el tratamiento para ello, y este causa dolor? Para sacar la espina debo
sentir el dolor que implica la misma extracción. Fue duro, si, no voy a mentir,
pero al descubrirlo, iluminarlo, aceptarlo y amarlo fue la única vía hacia mi
sanación interior.
Hacer este viaje a mi
inconsciente, me llevo a redescubrirme como el Ser de luz que soy, a iluminar
mi consciencia, evitando los juicios a mí misma, que era la tarea más
importante, aceptar ese dolor, prestarle atención, agradecerle que formo parte
de mi vida y darle el espacio para dejarlo en libertad desde el amor. En ese
viaje interior, te podrás dar cuenta de qué es lo que sientes, si es dolor,
ira, tristeza, odio, rencor, entre otros, debes identificarlo bien o si es una
combinación de varios, lo interesante es que lo hagas consciente, iluminando
las sombras y haciéndolo evidente para ti, no le tengas miedo, deja que aflore
a tu exterior, deja que fluyan las emociones que deban fluir, amalo y amate, agradeciendo lo aprendido.
Recuerda, que durante este
proceso, puedes llegar a caer en la tentación de culpar a los demás de tu dolor,
de tu sufrimiento, pero trata de no
emitir juicios; todo es un espejo, que viene a mostrarte lo que no quieres ver
en ti. Los demás pueden ser el reflejo de lo que sientes en tu interior, pero
que no has sabido canalizarlo, ni aceptarlo. Todo lo que te hace sentir una
persona, no te lo hace sentir específicamente él o ella, sino que es el reflejo
del sufrimiento que guardas en ti y que se ha despertado por alguna razón en
particular y está pasando del inconsciente al consciente y por ello, lo estas
sintiendo de esa manera. Por favor, trata de no culpar a nadie, ni a ti, al
contrario agradece, porque te están ayudando a ver y hacer consciente ese
dolor. Otra cosa altamente importante,
es que cuando hagas consciente tu dolor, no lo ignores, no lo ocultes, no lo
encajones de nuevo, porque si haces eso, no podrás observarlo y sanarlo, solo
lo estarás anestesiando y en algún otro momento volverá a aflorar y posiblemente
con mayor intensidad, y estarás inmerso en un ciclo en el cual sentirás que
todo se repite.
No es fácil lo que te digo, y
mucho menos lo que te pido hacer, pero no es imposible, solo debes detenerte y
observarte internamente, hacer ese viaje al subconsciente, detallarlo, poniendo
mucha atención en lo que habita allí en ese inconsciente y sobre todo lo que te
hace sentir, de esta manera se iniciara el trabajo consciente para lograr la
sanación. Es un proceso duro al principio, por la resistencia que nos
autoimponemos, porque no queremos salir de la zona de confort, pero si evitamos
el dolor, no podremos sanar las heridas que llevamos abiertas; con el tiempo
veras los resultados de tu trabajo interior y solo podrás agradecer por los
cambios que alcanzaras en tu vida y como empieza a fluir libremente tu energía,
tu Ser.
Cuántas veces hemos reprimido lo
que sentimos, porque nos concentramos en lo que pensamos, porque enfrentarnos a
la luz nos da miedo, porque tememos a que se nos revele ante nuestros ojos lo
más oscuros secretos, esas sombras intimidantes que se ocultan en la oscuridad
del inconsciente, donde hemos escondido todo aquello que nos lastima y nos
genera dolor, rabia, impotencia, ira y demás, eso que no queremos que los demás
vean de nosotros. Pero la única forma de sanar es haciendo todo ello
consciente, por más que nos duela, debemos saber detectar las señales de alarma
que vienen del inconsciente, que nos advierten que hay algo que anda mal, que
debemos atender, antes que se genere una emergencia o un desastre, que muchas
veces se ve reflejado en crisis y estados de depresión.
Nuestro sistema de creencias
muchas veces nos limitan a explorar más allá de lo que se nos hace evidente, es
un juego que nuestra mente, ese Ego que se apodera de todo, nos mantiene en un
estado de falsa calma, donde si algo nos duele es malo y debemos rechazarlo,
que si algo nos molesta, debemos rechazarlo y es todo lo contrario, cuando nos
hacemos consciente, aceptamos que el dolor esta allí, que la ira esta allí y
debemos sentirla, superarla y entender que forman parte de mi. Que no me puedo
seguir ocultando tras el juego de la mente que me dice “no puedo sentirme así, no quiero sentirme mal, por qué me siento así,
no puede ser, debo estar bien, debo sentirme bien” con estas afirmaciones,
solo camuflamos, rechazamos y nos negamos la oportunidad de sanar.
Te estará preguntando ¿Cómo puedo sanar el dolor que llevo en mí?
No tengo una fórmula mágica para ello, debes buscar el camino adecuado para ti,
solo te puedo decir, que en el momento que la herida despierta y el dolor
aparece y empieza a brotar a la superficie, ese es el momento en el que te
sientes mal y que a veces ni siquiera sabes el por qué, solo permítete sentir
ese dolor, porque él te estará indicando que está allí, que debes ahondar en la
causa, debes aceptar que lo estas sintiendo y que requiere salir. Siéntelo, acéptalo,
abrázalo, amalo y déjalo que fluya. No le tengas miedo, no te niegues, no lo
ocultes, deja que emerja de la forma como viene, date permiso de sentirte como
un niño, llora, grita, golpea un cojín, siéntete libre de ser un Ser sensible,
que necesita expresar lo que siente, que se refugia en un abrazo y que hasta
puede llegar el punto en el cual necesitas ser consolado, date la oportunidad
de Ser, que no te importe lo que digan los demás, porque en definitiva eres tú
quien requiere sanar, ese Ser de luz que está en su proceso de transformación.
Recuerda no aferrarte al dolor,
debes liberarlo y liberarte, obsérvalo, acéptalo y transfórmalo desde el amor.
Dios te creo como un Ser de luz, lleno de amor e inmensamente rico de virtudes,
cualidades, habilidades y destrezas, eres un Ser maravilloso, creado a imagen y
semejanza de Dios, por lo tanto tú y Dios son uno, agradece por cada
experiencia y transfórmala a tu favor. Tú tienes el poder de ser lo que quieras
ser, solo debes aceptarlo y ser feliz. Recuerda, que el dolor, es energía que
vibra en una resonancia distinta a la tuya y debes lograr el equilibrio,
desbloqueando el dolor, reconociendo las heridas y las máscaras que llevas en
ti, despojándote de todo aquello que no te permite Ser lo que eres. Cuando reconoces
la herida y el dolor que te genera, al hacerlo consciente puedes trabajarlo,
reconducir esa energía y encontrar la armonía, deja que todo fluya, déjate Ser.
Toma en consideración también, que lo que no sanas en tu inconsciente, esas
heridas pueden evidenciarse en tu cuerpo físico, a través de malestar o
enfermedad, por ello, es de vital importancia, la sanación emocional, para
alcanzar el equilibrio energético, para apaciguar los pensamientos y ser
conscientes de nosotros mismos, en especial de nuestro interior.
En resumen, la vida es el más maravilloso regalo que
poseemos, por lo cual no debemos desperdiciarlo dejando de vivir, dejando de
sentir. Te invito a emprender este increíble viaje a tu inconsciente, a
reconocer lo que hay dentro de ti, a observar tus heridas, el dolor que causan
y a iniciar el proceso de tu sanación interna. Ese es el mejor y más delicado
trabajo que debes hacer, es el trabajo en ti mismo, todo lo demás cobra
importancia al momento que tu autoconocimiento, despertar de tu Ser y
transformación se haya completado; en ese instante podrás observar como ocurren
hechos mágicos, pero muy reales, porque tu energía fluye libremente con la
energía de la creación.
“Somos el reflejo de nuestro
bienestar interior, el ser conscientes de nuestro inconsciente, obsérvalo y
sana”
Leidy Parra
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Por: MSc. Leidy Parra
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