El "Ego" me muestra mis miedos
Hoy con
ustedes, trayendo un nuevo tema para esta secuencia de textos complementarios,
en cual les hablaré sobre “El ego”, y cómo este
puede dejar en evidencia nuestros miedos, porque sin darnos cuenta, nos hemos
refugiado tras lo que consideramos que nos puede proteger, por lo cual
construimos murallas, armaduras y máscaras y así ocultarnos tras de ellas, es
simplemente un mecanismo de supervivencia que vamos forjando con los años.
Desde mi
opinión, una de las características más comunes que nos puede mostrar el ego,
es que asumamos una actitud defensiva ante la vida y ante las demás personas,
como si estuviésemos en constante amenaza por los demás, utilizando todas las
armas que conozcamos para evadirnos de lo que consideramos que nos puede causar
daño. Por medio de esta evasión, el ego intenta esconder nuestra identidad,
haciéndonos actuar bajo una reacción de lucha y huida. Es común que en algún
momento o en alguna situación te haya sido más fácil apartarte de una discusión
(huida) o que hayas reaccionado de forma agresiva para defender tu punto de
vista o lo que consideras que tienes razón (lucha), lo que también se puede
generar entre esta lucha y huida, es que se sobrepase de los límites y se
convierta en paranoia o agresividad constante, lo que nos indicaría un problema
que se debe resolver cuanto antes.
Cuando
asumimos una conducta defensiva, esta puede transformar situaciones tranquilas
en todo un caos, porque el ego te puede llevar a un comportamiento en el cual explotas,
porque te sientes agredido, pero todo está en tu mente, concentrándose en
pensamientos con los cuales te victimizas y consideras que el mundo entero está
en tu contra, que todos te quieren hacer daño, cuando en realidad, nada de eso
está sucediendo. En este momento de defensiva, la persona deja brotar todo lo
que tiene represado emocionalmente, valiéndose de excusas y justificando su
comportamiento desde lo que siente, pero desde su esquema de creencias
limitantes.
Lo curioso
de este comportamiento defensivo, es que la persona se puede describir a sí
misma, como luchadora y preocupada, pero es solo su propia visión de sí,
mientras que el resto de las personas prefieren alejarse de ellos, para evitar
cualquier conflicto con estos, lo que aumentara el sentimiento de defensa al
sentirse rechazado, sin darse cuenta que es su propia forma de actuar la que lo
está afectando, por lo cual siempre buscará culpables externos, sin detenerse a
analizar su propio comportamiento.
Cuando
estamos a la defensiva acumulamos gran cantidad de energía, y también hacemos
un gasto emocional enorme para controlarnos ante situaciones o personas que nos
generan estrés, pero lo interesante es que esta acumulación de emociones puede
llegar a gestar una explosión energética que no solo puede afectarme, sino que
también afectará a las personas que estén alrededor, debido a que en el momento
de “lucha” se puede llegar a ofender a los demás, comportamiento que hará que
más personas se alejen, ya que se sentirán indefensas cuando están cerca de ti, es como si caminaran
sobre la cuerda floja, sin saber en qué momento se llegue a romper. Esta
conducta defensiva, no solo te alejará de las personas que consideras que te
puedan lastimar, sino que también alejará a aquellas que te aprecian lo que de
ninguna manera te beneficia, porque te puedes estar aislado de los demás y esto
será aún más perjudicial para ti.
“Si
quiero vivir una vida feliz, curarme a mí mismo y tomar decisiones inteligentes
en el futuro, no necesito defenderme contra el mundo, no necesito proteger mi
amor. En cambio, sí necesito quitarme la armadura y eliminar las capas de miedo
que, están ahogando mi libertad y la vida de mi amor”
Teal Scott
Esta actitud
defensiva, no es otra cosa que la única forma que encuentra el ego para ocultar
nuestros miedos, eso que no queremos que los demás conozcan, eso que no quiero
enfrentar y simplemente lo disfrazo para que no lo vean, creyendo que estaré
mejor protegido si armo mis defensas contra el mundo. Estos actitud erróneamente
genera pensamientos de grandeza y poder, cuando es todo lo contrario, ni somos
poderos, ni grandiosos, solo somos como niños asustados que nos mostramos como
bravucones para que los demás no se acerquen, cuando escondemos todo lo
contrario, nuestra fragilidad e inseguridad. Alguien que realmente se conoce a
sí mismo y vive desde su Ser, no sentirá la necesidad de protegerse a sí mismo,
porque se siente seguro de sí y no estará esperando el ataque de nadie.
Interesante,
es detenernos a preguntarnos ¿A qué le tengo tanto miedo que debo estar a la
defensiva? Allí está el epicentro de lo que debemos descubrir y trabajar para
identificarlo, aceptarlo, amarlo y transcenderlo, y al transcenderlo estaremos
yendo más allá, hacia nuestra propia sanación y transformación como persona,
evidenciando el ego, dejándolo atrás y avanzando a nuestro Ser.
Cuántas
veces nos hemos encontrado con personas defensivas, algunas se muestran
huidizas, otras en constante lucha o enojadas, y hasta personas que combinan
ambas (huida y lucha) al mismo tiempo, pero
los individuos más difíciles para el acercamiento son aquellos parecen
estar enojados todo el tiempo. Es natural que tengamos temor de acercarnos a
personas que constantemente están enojadas, son gruñonas, regañonas, ofensivas
y hasta agresivas pero ¿Qué se oculta en realidad detrás de esa actitud? ¿Qué
herida ocultan tras la máscara de defensivos agresivos? Esas emociones
atrapadas que lleva consigo, lo lleva a utilizar la ira y hasta la culpa para
protegerse, pero ¿Protegerse de qué? De ellos mismos o de los demás. Debemos pensar
también en lo que estos individuos pueden estar pasando en ese momento y hasta
podemos ser comprensivos con ellos, lo que puede calmar su reactividad.
“Culpar a los demás es
genial hasta que no haya nadie más a tu alrededor y no tengas a nadie a quien
culpar sino a ti mismo”
Anónimo
La persona
se siente tan vulnerable internamente, que estar a la defensiva es la única
forma que consigue de sentirse seguro. El miedo variará de una persona a otra y
algunos de los más comunes son: miedo a la burla, miedo a equivocarse, miedo a
ser menospreciado, miedo a cometer errores, miedo a perder el control,
miedo a no llenar las expectativas de
los demás, miedo a ser criticado, miedo a ser juzgado, entre otros. Si observas
estos miedos en ti y estos te hacen una persona defensiva, es el momento de
detenerte un momento a hacer consciencia y si crees necesario, busca ayuda
profesional con la cual puedas canalizar la energía y tener la orientación
necesaria para el manejo adecuado de los mismos. Identificar las heridas y
máscaras que has estado utilizando y desprenderte de todo aquello que no te
beneficie, será el paso inicial. De esta
manera también podrás observar a tu niño interior, que es el que se ha
sentido vulnerable, ignorado, no amado y por ello, al hacer consciente tus
miedos, podrás ir empatizando con tu niño interior y sanando esta relación a
través del amor.
En el momento que logras identificar tus heridas, tus miedos y tus
máscaras, comenzaras a bajar la guardia, ir abandonando ese estado defensivo y
tu ser interior se irá sanando y brotando de la manera adecuada, ganándole paso
al ego, con el cual has transitado equivocadamente. Cuando sientes seguridad,
liberación y paz interior habrás llegado al otro extremo, en el cual no
necesitaras más de armas emocionales que te protejan del mundo, porque te sentirás
seguro de ti mismo.
Cuando empezamos a sanar, vamos recuperando nuestro propio poder
interior, renunciando a controlar todo, a dejar de defendernos y a ocultarnos
tras máscaras, porque ya no las necesitaremos más, porque habremos recuperado
la seguridad en nosotros mismos. Lo más lindo de este proceso de escuchar lo
que el ego nos ha estado diciendo a través de nuestros miedos, es simplemente
darnos la oportunidad de liberar a nuestro niño interior, de redescubrir
nuestro ser y pasar de lo lógico al corazón y del corazón al ser. Es permitir
que el amor y la luz interna invadan nuestra vida y si te amas, amaras todo lo
que te rodea.
No es fácil poder diferenciar entre el ego y el ser, porque nunca nos
enseñaron a hacerlo, pero es un proceso de introspección, en el silencio de tu
interior poder descubrir y abrir los espacios dentro de nosotros para que
nuestro Ser pueda emerger y justo en ese momento, en la libertad plena serás
feliz. Curioso, que en los momentos en los cuales más confundidos nos sentimos,
abandonados, perdidos, en crisis o en colapso emocional, es el momento más valioso,
porque allí, en esa vulnerabilidad, nos damos la oportunidad de explorarnos
para tratar de entender lo que estamos sintiendo y justo allí, si nos lo
permitimos, entramos en un proceso de transformación de oruga a mariposa.
“El ego me decía no tienes nada que temer,
pero me bloqueaba porque me llenaba de miedo y no avanzaba, luego entendí que
mi ego me engañaba manteniéndome en una falsa zona de confort. Justo en ese
instante comprendí que debía liberarme de él”
Leidy Parra
Lee, comenta y comparte… construyamos una red
de motivación para el mundo.
Comentarios
“Si quiero vivir una vida feliz, curarme a mí mismo y tomar decisiones inteligentes en el futuro, no necesito defenderme contra el mundo, no necesito proteger mi amor. En cambio, sí necesito quitarme la armadura y eliminar las capas de miedo que, están ahogando mi libertad y la vida de mi amor”
Teal Scott