DESPERTAR. Heridas y máscaras



1.5- Heridas y máscaras

Para iniciar esta nueva entrega de la serie de artículos relacionados al proceso de transformación interna, que me han llevado a escribir el texto “DESPERTAR, el camino a mi Ser”, el cual esta subdividido en 3 capítulos. 1. Dormida, 2. En conflicto y 3. Despertar y estos a su vez en subcapítulos para hacer más sencilla la lectura y mostrar de alguna manera cada una de las etapas en las cuales he de plasmar aspectos relacionados con mis experiencias personales ante la búsqueda incesante de mi autoconocimiento. En cada uno de los segmentos se presentaran aspectos teóricos que sustenten los temas que se están tratando en cada uno de ellos.

Muchas veces en nuestra vida, andamos con una venda sobre los ojos que nos impide ver conscientemente lo que pasa alrededor, adicionalmente a ello, también nos hacemos los sordos ante la realidad, ¿pero qué es la realidad? Una pregunta de múltiples respuestas, pero que al final, la más simple es la correcta, mi realidad es distinta a la tuya, así estemos viendo lo mismo, porque mis percepciones son distintas, mis creencias, mis emociones y cada una de las experiencias que he pasado durante la vida, me harán darle un sentido particular a lo que observo, a lo que hago y a lo que siento.

En una oportunidad en una sesión de terapia me decían, tú has acumulado en tu mente un sinnúmero de hechos y creencias que te las han transmitido tus padres, ellos de forma inconsciente fueron grabándolas en tu memoria, pero además ellos también recibieron una programación de sus padres, en otras palabras, somos el resultado de una cadena de creencias, de generación en generación, pero muchas de estas creencias son erradas, son limitantes y son bloqueadoras, por ello, es importante poder reconocerlas y aprender que no debemos seguir atados a ellas. ¡Interesante! Como durante toda nuestra vida hemos recibido estímulos que han forjado nuestro carácter, nuestra personalidad, nuestros pensamientos y nuestra forma de ser y la mayoría de ellos, fue de forma inconsciente. ¡Extraordinario! Solamente debemos detenernos a pensar un momento y buscar las estrategias correctas para cambiar toda esta programación.

En esta etapa de mi vida, aún en el estado dormida, no podía ver esta realidad y mucho menos aceptarla, hasta este momento había llegado a pensar que esa era mi forma de ser y simplemente no la podía cambiar, estaba sumergida en ese sistema de creencias limitantes, reprimiendo mis emociones, teniendo tantas ganas de hacer muchas cosas, pero mi verdadero ser permanecía atrapado. Recuerdo una oportunidad que Simón Stern me pregunto, ¿Quién es Leidy? En ese momento conteste, “realmente no sé”, hasta el presente sé que soy bombero, que he estudiando cuatro carreras universitarias, que tengo más de veinte años de servicio, que llegue a ser directora de una universidad en cuatro estados diferentes en Venezuela, que me gusta tocar la guitarra y andar en bicicleta y él me dijo, pues nada de eso eres. Vaya sorpresa, nada de eso soy, ¿Y entonces quién soy? Ahí  estaba la verdadera respuesta, en buscar entender quién realmente soy, pero esa pregunta no la podía contestar con mi cabeza, desde mi lógica y mi intelecto, esa respuesta debía buscarla en mi corazón, en mi alma, debía iniciar un viaja a mi esencia, eso que tantas veces me dijo Palexis (Padre Alexis Sánchez) en cada uno de sus retiros espirituales, encuentra tu paz interior desde la esencia de tu ser. ¡Realmente maravilloso!

¿Cuántas veces mostré rigidez de carácter y dureza ante distintas situaciones? Cuando realmente por dentro tenía enormes ganas de llorar, cuántas emociones reprimí, solo para no parecer débil ante los demás. ¿Cuántas emociones atrapadas están dentro de mí? ¿Cuántas máscaras he creado para esconderme? Vaya, que han sido muchas, pero lo curioso de todo esto, no solo era auto-descubrirme, sino aceptar que debía empezar ese viaje al cual le tenía tanto miedo. Mi terapeuta Dra. Delgado me pregunto en una oportunidad ¿Qué es lo que buscas con la terapia? En ese instante dije diversas cosas, pero hoy contestaría, que buscaba el vehículo más adecuado para encontrarme, porque me daba miedo emprender este viaje sola, necesitaba ver y al encontrarme ciega era imprescindible en ese momento que alguien me guiara, hasta que encontrara mi propia luz. De este proceso, debo agradecer el apoyo que recibí de Stern, Delgado y Palexis, quienes con sus palabras, enseñanzas, orientaciones, estímulos, bofetadas y empujones motivacionales, me han incentivado a tener el valor de emprender este viaje. También puedo agradecer a muchas otras personas que sin saberlo han contribuido a identificar a través de los espejos mi reflejo en ellos.

Durante esta etapa, me era muy difícil concentrarme para meditar, entender y sentir lo que mi ser quería decirme, me encontraba en un estado de negación permanente, tratando de conceptualizar todo, desde mi cerebro racional, y desde ese ángulo sería casi imposible que me encontrara. Recuerdo que la Dra. Delgado recomendó en una oportunidad que leyera un libro, se llama “Las Cinco heridas del alma que impiden ser uno mismo de Lise Bourdeau y pensé en ese momento, que aburrido ponerme a leer, lo tome como un reto y me dije, bueno, que pierdo con leerlo, y así empecé la lectura, vaya sorpresa, al ir leyendo cada vez que avanzaba una página, más curiosidad me daba de saber que encontraría en la siguiente, que podría identificar en mí, en relación a lo que explicaba la autora en su libro y verdaderamente que me condujo a analizarme, identificar y darme cuenta de las heridas que llevaba en el alma desde el mismo momento de nuestra concepción y que cargaba durante toda mi vida y sin darme cuenta que estas heridas, nos llevan a crear máscaras, con las cuales nos sentimos seguros y se convierten en nuestras balsas de supervivencia. Tomando en cuenta la sugerencia de la autora del libro, no trataré de explicártelo, debes leerlo y sacar tus propias conclusiones, por ello al final de este texto te dejaré el enlace en el cual puedes encontrar el libro y descargarlo.

Algo que si haré, es hacer un resumen de algunos aspectos que me impresionaron del libro y cómo me reflejo en ello. Hay una frase al inicio del libro que me causo bastante impresión “Todos tenemos la misma misión al llegar a este planeta: *vivir las experiencias una y otra vez hasta que podamos aceptarlas y amarnos a través de ellas*” aceptarlas  y amarnos, dejarnos fluir desde el amor, que lindo, pero a la vez tan complicado de entender en ese momento. Vivir las experiencias una y otra vez hasta aceptarlas, ¡impresionante! El hecho de aceptarlas, porque lo que más me costaba era aceptar las experiencias, fueran buenas o malas, y esta era tan solo una de las frases iniciales y todavía me faltaba mucho libro por leer.

Nuestra vida está formada por experiencias y estas a su vez fueron percibidas desde las creencias con las cuales generamos juicios, temores, sentimientos de culpabilidad, de no aceptación, de frustración y demás, porque las rechazamos, las vemos desde lo complejo y no desde lo simple de sentirlas tal cual como se nos presentan y de dejarnos fluir en el instante presente y nos encerramos en un ciclo de repetición de los mismos errores, hasta que aceptemos la experiencia que estamos viviendo. Estas creencias nos impiden ser lo que realmente deseamos ser y nos llevan a ocultarnos debido a nuestra forma de pensar.

Bourdeau (2011), presenta en su libro, cinco heridas y cinco máscaras con las cuales nos presentamos ante el mundo y son las siguientes:
HERIDA
MÁSCARA
Rechazo
Huidizo
Abandono
Dependiente
Humillación
Masoquista (emocional/mental)
Traición
Controlador
Injusticia
Rígido


La autora menciona que las heridas provienen de asuntos no resueltos dentro de  nosotros que se iniciaron desde antes de nacer y durante nuestra infancia y estos han sido impresos en nuestro inconsciente por nuestros padres. Luego de pasar varios días leyendo el libro en mi tiempo libre, pude comprender e identificar algunas características de estas heridas y máscaras en mí y así pude entender aspectos de mi personalidad, creencias y emociones que mostraba y que no reconocía su origen. Ahora podía ubicar la relación que había entre lo que sentía, hacía y decía y que mayormente no coincidían, los factores que influían en la gran contradicción que había sentido durante muchos años. Así de esa manera se hizo evidente el temor que tenía  hacia tres aspectos primordiales, que se presentan en el libro y son las siguientes:
Ø  Al  abandono: características: Dependiente, soledad, tiende a ocuparse, llama la atención, quiere que lo tomen en cuenta y ser el centro de atención.
Ø  A la traición: características: Controlador, disociación, negación, separación, aleja a las personas por su mal carácter, es explosivo, que hagan las cosas tal cual como a él le gusta que se haga.
Ø  A la injusticia: características: Rígido, frialdad, no demuestra sus sentimientos, busca la justicia, pero es injusto consigo mismo, perfeccionista al extremo.

A continuación te traigo algunos extractos del libro y mi interpretación sobre ellos. Cabe destacar que solo mencionaré aquellos aspectos que puede identificar en mí, si deseas profundizar en el tema y poder visualizar todas las cinco heridas y máscaras, te recomiendo leer el libro “Las Cinco heridas del alma que impiden ser uno mismo para lo cual te dejo un link al final de este escrito y así puedas reconocerte directamente en lo que presenta la autora en su texto.

Heridas y máscaras según Bourdeau (2011), que identifique en mí, que se crearon desde mis experiencias personales y cómo estas se fusionaron con mi personalidad y se mostraban al mundo exterior, ocultándome con el objetivo de protegerme o eso es lo que asumía. Quiero recordarte que lo que plasmo en estas líneas parte de esas experiencias de vida, de mis creencias, de mis emociones atrapadas y lo que se forjo en mí y las actitudes que tomaba ante los demás. Te pido que no me creas, ni que estés de acuerdo conmigo, estas han sido mis posibilidades, mi realidad del momento y mi perspectiva, que no es verdad, ni mentira, simplemente fue mi experiencia. estas heridas son las siguientes:

El abandono: se vive con el progenitor del sexo contrario. El dependiente se siente fácilmente abandonado por las personas del sexo opuesto, acusa a los demás y a sí mismo de sentirse abandonado. Cuando sufre una experiencia de abandono con alguien de su mismo sexo, se acusa a sí mismo por no haber prestado la suficiente atención al otro o por no haber sabido cómo prestar atención adecuada. Lo que con frecuencia percibe como una situación de abandono con las personas de su mismo sexo, es, en realidad, rechazo.
Cuando se activa la herida de abandono, te colocas la máscara de dependiente, que te hace ser como el niño pequeño que tiene necesidad de atención,  la busca llorando, quejándose o siendo sumiso ante lo que sucede porque no creer poder lograrlo por sí mismo. Esta máscara te incita a hacer cosas para evitar que te dejen o para recibir más atención, puedes incluso convencerte para que te enfermes o seas víctima de algo para obtener el apoyo que buscas.
Al dependiente le gusta aparentar independencia y decir, a quien quiera escucharlo, hasta qué punto se siente bien solo y no necesita de nadie.

Quien sufre abandono alimenta su herida cada vez que abandona un proyecto en el que tenía mucho interés, que se deja caer, que no se ocupa lo suficiente de sí mismo y que no se presta la atención que necesita. Infunde temor en otros al apegarse excesivamente a ellos, y de esta forma se las ingenia para perderlos y estar de nuevo solo. Hace sufrir a su cuerpo y se crea enfermedades para recibir atención.
Para identificar las características que se mencionan para la herida de abandono y de la máscara de dependiente, se requiere de un proceso de introspección y observación consciente de nuestro propio comportamiento. Esto no significa que presentes todas las características, pero puedes identificar varias de las que muestra la autora en su libro. Fue interesante hacer ese proceso de observación propio y darme cuenta que durante muchos años me oculte tras la máscara del dependiente, en algunos momentos más que en otros, tal vez, en esos instantes en los cuales me sentía más propensa o susceptible a ciertas situaciones, en las cuales creía debía refugiarme para poder sobrellevar los acontecimientos que se me presentaban. En cuántas oportunidades llegue a apegarme mucho a las personas con las cuales sentía afinidad y evidentemente se fueron alejando, buscaba apoyo, ayuda, llamaba la atención buscando empatía,  me sentía como una niña que necesitaba protección. Realmente lo más difícil fue hacer ese viaje interior e identificar esta herida en mí y buscar las alternativas para aceptarla y superarla de la forma correcta y así ir derribando la máscara de la dependencia.

La autora Bourdeau (2011), también muestra lo siguiente:
Detrás del dependiente (herida de abandono) se oculta una persona hábil que sabe cómo satisfacer sus necesidades. Entre otras cosas:
·  Sabe lo que desea. Es tenaz y perseverante.
·  No vacila cuando tiene la determinación de obtener algo.
·  Tiene el don de comediante; sabe captar la atención de los demás.
·  Tiene un gozo natural, es jovial y sociable y refleja su alegría de vivir.
·  Es capaz de ayudar a otros, porque se interesa por ellos y sabe cómo se sienten
·  Tiene aptitudes para utilizar sus dones psíquicos en el momento oportuno cuando ha dominado sus temores.
·   A menudo posee talentos artísticos.
·  Pese a que es sociable, tiene la necesidad de momentos de soledad para volver a encontrar su camino.
Al observar cada una de las habilidades, destrezas, actitudes y demás que están ocultas en la personalidad del dependiente, te puedes dar cuenta de la maravillosa persona que ha estado oculta detrás de esta máscara, que en realidad lo que hace es esconder tu verdadero yo, tu verdadero ser que está desesperado por salir y mostrarse tal cual es ante los demás. Luego de leer estas características, me sorprendí al identificarme en muchas de ellas y entrar en consciencia que existía una enorme vibración interna que había estado encerrada, buscando incesantemente aflorar y que gritaba con tanta fuerza por querer salir, pero que mis creencias y miedos la opacaban y tomaban su lugar. Al estar dormida mi consciencia no me daba cuenta de ello y por lo tanto no intentaba hacer nada, pero tampoco sabía que debía hacer para explotar tan sorprendente luz interior que guardaba en mi corazón, y realmente ha sido extraordinario el proceso de reconocerme, gracias al apoyo y orientación de mis terapeutas, asesor espiritual y principalmente de Dios, que como creyente que soy, es mi refugio.

Otra de las heridas y máscaras con la cual me identifique, que según Bourdeau (2011) presenta, es la siguiente:
La traición: se vive con el progenitor del sexo opuesto. El controlador se siente fácilmente traicionado por las personas del sexo opuesto y tiende a acusarlas por el dolor o las emociones que siente. Cuando vive una experiencia de traición con alguien del mismo sexo, se acusa a sí mismo y se reprocha no haberse anticipado a la experiencia y así, evitarla. Es muy probable que lo que considera traición por parte de la persona de su mismo sexo sea en realidad una experiencia que activa su herida de injusticia.
Cuando vive la herida de traición, te colocas la máscara de controlador, que te vuelve desconfiado, escéptico, defensivo, cauteloso y tolerante debido a tus expectativas. Haces todo lo posible por demostrar que eres una persona fuerte y que no te dejas llevar o manejar fácilmente; sobre todo, intentas mostrar que no permites que los demás decidan por ti. Esta máscara te obliga a hacer todo lo posible por evitar perder tu reputación hasta el punto de mentir. Olvidas tus necesidades y echas mano de lo necesario para que los otros piensen que eres una persona de fiar. Esta máscara también te hace proyectar la imagen de una persona segura de sí misma, aunque no se corresponda con la realidad y dudas de tus decisiones o actos.
El controlador está convencido de que nunca miente, siempre cumple con su palabra y no teme a nada.

Quien sufre de traición alimenta su herida mintiéndose, convenciéndose de creer lo que es falso y no cumpliendo los compromisos que tiene consigo mismo. Se castiga al hacer todo por sí mismo porque no confía en los demás y no delega nada. Si delega, se ocupa tanto de asegurarse de que los demás hagan lo que espera de ellos, que se impide disfrutar de la situación.
Tamaña sorpresa me lleve al momento en el cual me observe conscientemente e identifique esta herida en mí, y mucho más al darme cuenta que durante muchos años me oculte tras la máscara de controladora, vaya que era así, quería controlar todo, no confiaba en los demás, mi trabajo siempre estaba primero que mi vida personal, sacrificaba lo que me gustaba por cumplir con compromisos para quedar bien ante los demás. Esta herida de la traición, no fue fácil de reconocer al principio, hasta que se hizo evidente ante mí, fue uno de los procesos de introspección más duros, llegar a la raíz, momento en el cual se fijo en mi inconsciente la traición por parte de mi padre, identificarlo, afrontarlo y sacarlo ha sido toda una sucesión de pasos para aceptarlo y entender que no fui responsable de los hechos y que no debo seguir cargando esa pesada mochila del pasado en este camino a mi transformación.

¿Cómo pase tantos años sin reconocer esto? No lo sabía, solo conocía la culpa,  por lo cual asumí tantas responsabilidades y me desgaste tanto física como emocionalmente, por sobrecargarme con tanto trabajo por mi desconfianza y por mi obsesión de que todo saliera bien, así esto implicara involucrarme directamente en todo, sin perder de vista cada proceso para lo cual pocas veces delegaba el trabajo, pero siempre buscando que se hiciera como me parecía que era lo correcto, esto me llevo a padecer muchas veces del síndrome de Burnout, por mi incapacidad de aceptar ayuda y aprender que no todo lo debo hacer yo misma, que hay otras prioridades a parte del trabajo. Para mí la prioridad era ser importante, lograr una reputación profesional y de ser una persona responsable y de confianza, que descuide lo más importante, que era ser feliz y para ser feliz debía dejarme SER.

Bourdeau (2011), también muestra los aspectos positivos que posee el controlador:
Detrás del controlador (herida de traición) se oculta generalmente una persona que tiene cualidades de dirigente. Además:
·  Por su fuerza, brinda seguridad y protección.
·  Es muy talentoso. Es sociable y tiene buen sentido del humor.
·  Posee la habilidad de hablar en público.
·  Es apta para percibir y valorar el talento de cada persona, ayudándolos a adquirir más confianza en sí mismos.
·  Es capaz de delegar, lo que ayuda a otros a valorarse.
·  Sabe rápidamente cómo se sienten los demás y reduce el dramatismo al hacerlos reír.
·  Es capaz de pasar rápidamente de una situación a otra y de manejar varias cosas al mismo tiempo.
·  Toma decisiones sin vacilar. Encuentra lo que le es necesario y se rodea de las personas que requiere para proceder a la acción.
·  Es capaz de lograr grandes hazañas en diversos campos.
·  Confía en el universo y en su fuerza interior. Es capaz de ceder completamente.
Cuando leí todas estas características positivas del controlador y reconocí tantas en mí, por ejemplo: como me gustaba ser líder, habar en público, especialmente en espacios de formación, conferencias y demás, de  mis talentos y como por medio de ellos me encantaba expresarme, mi capacidad para tomar decisiones y lograr cosas que otros no se atrevían, el brindar apoyo a los demás en actividades altruistas, el por qué me gustaba tanto ayudar y orientar a los jóvenes, estar al frente de grupos juveniles y de la gran fuerza interior que vive en mí, entendí hasta los motivos por los cuales me llegue a formar como bombero y el por qué llevo más de veinte años ejerciendo esta profesión.

Darme cuenta de los grandes valores de mi personalidad que estuvieron ocultos, que de vez en cuando afloraban, pero los ocultaba por mi equivocada creencia de que si me mostraba me harían daño, me harían sufrir, cuando en realidad, la única persona que me puede hacer daño, soy yo misma, con mis pensamientos. Y el no dejarme fluir libremente desde mí ser. No ha sido fácil aprender  y mucho menos salir de mi sistema de creencias, pero eso forma parte del hermoso proceso que he estado viviendo. Surgen dudas, si me han surgido muchas, he llegado a pensar que no vale la pena continuar, si, pero es mi ego hablándome al oído, mi costumbre y mi negación a salir de mi zona de confort, aquel espacio que cree durante toda mi vida, para sentirme segura. Vaya que me siento vulnerable, así es, me siento más expuesta que nunca, pero esta es la forma que tengo para mostrarme de una vez por todas.

El hecho que me atreva a escribirte y exponerme desde lo más intimo de mi ser, no es fácil, pero es mi catarsis, es una de las formas que he encontrado de romper con mi ego y dejar salir mi ser, a través de mis escritos y de mis canciones, así siento que me libero, así siento que fluyo. Estoy aún aprendiendo, eso es muy cierto, no me las sé todas, realmente no sé nada, en este momento soy una aprendiz de mi propia vida, soy la buscadora que surge en mi familia, para cambiar y tratar de romper esta cadena que se ha creado de generación en generación; para escribir mi propia historia a partir de hoy, el pasado debo dejarlo allí en el pasado, y el futuro aún no llega, entender que lo único que tengo es mi presente y de este presente el momento es Ya.

¿Cómo inicie este proceso? Un gran colapso emocional me llevo a buscar ayuda profesional. Llegaron muchas dudas a mi vida, miedos y tras la excusa de la tristeza y la depresión se escondía la verdad: mi alma pedía ayuda a gritos, quería salir, mostrarse tal cual es y mostrarme que debía curar las heridas que cargaba, despojarme de las máscaras con las cuales me ocultaba.

La tercera herida  y máscara que plantea Bourdeau (2011), con la que me identifique fue la siguiente:
La injusticia: se vive con el progenitor del mismo sexo. El rígido sufre la injusticia con las personas del su mismo sexo y les acusa de ser injustas con él. Si enfrenta una situación que considera injusta con alguien del sexo opuesto no lo acusará sino que se acusará a sí mismo de ser injusto o incorrecto. Existen muchas posibilidades de que esta experiencia de injusticia con las personas del sexo opuesto sea más bien de traición. Si el dolor es muy profundo, puede llegar a sentir ira mortal.

En los casos de abusos graves e incluso violentos, las personas causantes tienen la herida que le hace tanto daño que llegan a perder el control. Es por ello que suelo decir *no hay personas malvadas, sino personas que sufren*, no se trata de justificarlos, sino de aprender a tenerles compasión, ya que condenarlas o acusarlas no les ayudará, aunque podemos ser compasivos aun sin estar de acuerdo con su conducta. Este es uno de los beneficios que obtenemos al percatarnos de nuestras propias heridas y de las de los demás.
Por medio del perdón verdadero, se puede llegar a tener paz.  Sentirme culpable de las situaciones por las cuales pase, me dificultaba dar el perdón y principalmente perdonarme a mí misma. Perdonar a mi madre por situaciones que sentí injustas para mí, sin darme cuenta que simplemente ella no lo hizo de forma consciente, ella también había sido víctima de la programación mental de sus padres, de las circunstancias y de su propio sistema de creencias. Llegar a entender esto fue complicado para mí, pero luego del proceso para reencontrarme, poco a poco lo entendí, lo acepte y me fui dando la oportunidad de perdonar. Fue doloroso, claro que sí, enfrentarme a mí misma, dejar de culpabilizar y de culpabilizarme fue el primer paso. Estas heridas se produjeron cuando era una niña, momento en el cual no podía tener la responsabilidad de nada, estaba en mi etapa de crecimiento, pero se albergaron en mi mente, construyendo un muro impenetrable, que impedía la entrada de nadie y tampoco la salida de mi ser.
Cuando se activa la herida de injusticia, te colocas la máscara de rígido, que hace de ti una persona fría, brusca y seca al nivel de tu tomo muscular y tus movimientos. Al igual que tu actitud, tu cuerpo también se vuelve rígido. Esta máscara te hace ser asimismo muy perfeccionista y vivir sentimientos de ira, impaciencia, crítica e intolerancia contigo mismo. Eres muy exigente y no respetas tus límites. Cada vez que te controlas, que te contienes y que eres duro contigo mismo, significa que estas portando tu máscara de rígido.
Al rígido le gusta decir lo justo que es, y que no tiene problemas en la vida. Además, prefiere creer que tiene muchos amigos que lo quieren como es.

Quien sufre de injusticia alimenta su herida siendo muy exigente consigo mismo. No respeta sus límites y vive muchas tensiones. Es injusto consigo mismo; se critica y no logra ver sus cualidades y lo que hace bien. Sufre cuando solo ve lo que no ha hecho o los errores que ha cometido. Se provoca sufrimiento por su propia dificultad para brindarse placer.
Interesante el proceso de observación e identificación de esta máscara en mí, darme cuenta de mi aparente calma, cuando por dentro me desbordaba la impaciencia hacia mi misma y hacia los demás, el llegar a momentos en los cuales se gestaba una gran ira en mi interior que me provocaba tanta angustia e incomodidad física y mental, el contener mis emociones de rabia o tristeza me llevaba a afectar mi salud, porque acumulaba todas estas emociones y sentimientos sin saber cómo sacarlos sin causar daños colaterales o simplemente para no quedar en evidencia como una persona débil o eso creía. Mi vida debía mostrarse perfecta, al igual que mis actividades y trabajos, la pulcritud y perfeccionismo extremo no me permitían aceptar mis errores y tampoco los de los demás, aquí juega un papel importante la Ley del espejo, en el cual debí identificar mi reflejo en los demás, para entender algunos aspectos que no me eran evidentes. Recuerdo una conversación con mi amiga Yaneth, entre tantas cosas me dijo “Yo que te conozco sé que eres mucho más de lo que muestras a los demás, eres una persona especial de grandes sentimientos, pero los demás solo ven tu rigidez…” allí empecé a identificar mis máscaras, darme cuenta que en algunos lugares solo me conocen a través de ella, que casi nunca dejaba ver mi ser.

Esta máscara no solo me escondía de los demás, sino que establecía unos estándares elevados en mi búsqueda de amistades y hasta de un hombre perfecto que se ajustará a las características de perfeccionista que me establecí, pero la herida que llevaba me hacía ponerme la máscara de rígida, mostrándome como un persona muy fría, calculadora y brusca, cuando en realidad era puro sentimentalismo, que me encanta el romanticismo, la ternura, los detalles, la sensualidad y demás, me llegue a ocultar como mujer pensando que así evitaría que me hicieran daño, que si me mostraba frágil sería más fácil que me lastimaran, pero en realidad, al ocultarme me lastimaba a mí misma, porque alejaba a las personas y no lograba fluir como realmente soy en mi interior.

El reconocer la herida de injusticia y la máscara de rígida me sacudió los cimientos emocionales, pero entendí que así debía ser, que debía colapsar y derrumbar los muros levantados durante años, para poder dejar escapar a mi ser, que mi luz interna se mostrará. Este trabajo sigue en proceso, la emociones atrapadas deben salir, derribar mi sistema de creencias, esas creencias que me ha limitado, para darle espacio a lo que durante tanto tiempo he deseado que ocupe mi vida, a que mi SER florezca y sea libre como la brisa fresca de primavera, la renovación del águila para darle lugar a mi renacer, a poder elevarme, que la luz y la paz interior cubran mi vida.

Otros aspectos que Bourdeau (2011), presenta son:
Detrás del rígido (herida de injusticia) se oculta una persona creativa, con mucha energía, dotada de enorme capacidad de trabajo, y también:
·  Es ordenada y excelente para producir un trabajo que exige precisión.
·  Cuidadosa, se ocupa de los detalles.
·  Con capacidad para simplificar y explicar claramente lo que enseña.
·  Muy sensible, sabe lo que sienten los demás sin perder de vista sus propios sentimientos.
·  Sabe lo que debe saber en el momento oportuno.
·  Encuentra a la persona precisa para realizar una tarea específica y la palabra exacta y justa que decir.
·  Entusiasta, llena de vida y dinámica.
·  No necesita a otros para sentirse bien.
·  Al igual que el huidizo, en caso de urgencia sabe qué hacer y lo hace por sí mismo.
·  Consigue afrontar situaciones difíciles.
Es maravilloso el poder descubrir la grandeza de nuestro ser, el milagro perfecto de la creación de Dios que te lleno de amor para construir tu propia felicidad, forjador de sueños y constructor de realidades desde el amor, solo debes romper la cadena que te ata a las creencias limitantes que  fueron impuestas por tus padres y las circunstancias durante tu infancia, pero ahora eres el responsable de cambiar estas y explotar al máximo tus capacidades, si puedes observar todas las cualidades y talentos que posees puedes llegar al infinito y más allá. El darme cuenta de esto no ha sido fácil, aún sigo en mi propio proceso, pero al reconocer que detrás de mi máscara de rígida estaba todas estas virtudes, que puedo darme la oportunidad de explorarlas y dejarlas salir, el ser ordenada, sensible, mi capacidad de ser docente, de transmitir mis conocimientos, dejar el egoísmo de lado, enfrentar las situaciones de frente y ser resiliente.

Te invito a escuchar esta canción y atender su letra, ella ejemplifica este proceso de reconocerme desde mi interior. “Ven a mí” de Andrea Bocelli y Matteo Bocelli.


Veamos lo que Bourdeau (2011), nos presenta en el siguiente párrafo:
Amar una herida o amar los granos en tu rostro significa que los creaste por una razón específica, y, sobre todo, con la finalidad de ayudarte. En lugar de querer hacer desaparecer tus granos, debes utilizarlos para adquirir consciencia de un aspecto de ti que no deseas ver. De hecho, estos granos intentan atraer tu atención para que te percates, entre otras cosas, de que en este momento tal vez temas dar la cara ante una determinada situación, y que este temor te impide ser tú mismo. Al adoptar esta nueva actitud, ya no verás el grano de la misma forma. Incluso agradecerás haberlo tenido. Si decides vivir esta experiencia y adoptar este tipo de actitud mental, sin duda los granos desaparecerán mucho más rápidamente, ya que habrán sido reconocidos y amados por su utilidad.
Iniciar un proceso de reconocimiento y agradecimiento, que estas heridas y máscaras formaron parte de tu personalidad, ocultaron tu ser, pero se establecieron en tu vida para enseñarte a superar dificultades de las mejor forma que podías en ese momento, ahora nos queda aceptarlas y amarlas para que puedan ir desapareciendo, darme cuenta que los demás no son culpables de lo que siento, que  la única responsable soy yo, por la manera como reacciono ante determinadas situaciones. Por ejemplo, si alguien viene y te insulta, tú decides si reaccionas de forma violenta ante ese insulto, o lo observas y determinas si es parte de ti, o solo le pertenece a quien te increpa, si es así, el insulto solo le afectara a quien lo profiere. Así de esta misma manera debemos aprender a observar, reaccionar y ser proactivos con cada situación. El amor es el secreto de todo esto.

También Bourdeau (2011), en su libro nos presenta cuatro etapas para el proceso de curación de las heridas.
Proceso de curación:
Ø     Primera etapa: consiste en adquirir consciencia de la máscara que llevas. Lo lograras gracias a los cinco capítulos previos en los que se describe cada una de las heridas.
Ø     Segunda etapa: la experimentaras cuando sientas rebelión durante la lectura de los capítulos o cuando te resistas a aceptar tu responsabilidad y prefieras acusar a los demás de tu sufrimiento. Debes decirte que es normal que todo ser humano se resista cuando descubres aspectos de sí mismo que no le agradan. Esta etapa es diferente para cada persona. Algunos sienten más rebeldía y resistencia que otros. la intensidad de estas emociones depende de tu grado de aceptación, de tu grado de apertura y de la profundidad de tu herida en el momento en que te percates de lo que sucede en ti.
Ø     Tercera etapa: te otorgas el derecho a haber sufrido y a reprochar por ello a uno de tus padres o a ambos. Al percibir el sufrimiento que el niño vivió en ti, serás, además, más compasivo con ese progenitor. Durante este tiempo, también te será posible aceptar a tus padres y sentir compasión por ellos por lo que han sufrido.

Ø     Cuarta etapa: volverás a ser tú mismo y dejarás de creer que necesitas llevar tus máscaras para protegerte. Aceptaras que la vida está llena de experiencias que sirven para enseñarte lo que es beneficioso e inteligente para ti. Esto es lo que se llama *amor a uno mismo*. En virtud de que el amor tiene un enorme poder de curación y de infundir energía, prepárate para ver más transformaciones en tu vida en el plano de las relaciones con los demás como en tu aspecto físico; en otras palabras, podrás notar curación y cambios en tu cuerpo físico.
Recuerda que esta no es una fórmula mágica que debes aplicar para resolver un problema, es tan solo una posibilidad que se te presenta, que puedes tomar en cuenta o no, la decisión es tuya. De igual manera te pido que si sientes la necesidad de emprender tu propio proceso y no sabes cómo hacerlo, que busques la ayuda con un profesional que sepa encaminarte, además debes tener presente lo que dice Osho “Ser un buen terapeuta es un trabajo muy difícil. Un buen terapeuta debe ser inmensamente compasivo, porque no son sus técnicas las que ayudan a la gente, sino su amor”. Algunas personas debimos colapsarnos, desmoronarnos para entender que en ese proceso de destrucción estaba implícito nuestro renacimiento, pero no todos hacen su proceso de la misma manera.

Otra frase que debes tener en cuenta es Un sanador, no es alguien al que vas para que te cure. Un sanador es, una persona que despierta en ti, tu propia conciencia para sanarte a ti mismo no sé a quién pertenece, pero es preciso que entiendas que el proceso de sanación depende exclusivamente de ti mismo. Si sientes la necesidad de buscar ayuda, búscala, deja el temor a un lado, atrévete y emprende tu proceso. Si en algún momento piensas y quisieras preguntarme el por qué escribo estas cosas o surgen en tu mente juicios o críticas hacia lo que te presento aquí, solo te puedo decir, que estarías usándome como espejo y estarías viendo tu reflejo en mí.  Por qué escribo esto, no tiene respuesta, solo lo escribo porque lo siento así. Gracias por leer mis textos.

Si deseas leer el libro “Las Cinco heridas del alma que impiden ser uno mismo” de Lise Bourdeau. Puedes descargarlo en la siguiente dirección:

El proceso ha sido personal, pero agradezco el apoyo por parte de Palexis, Dra. Delgado,  Simón Stern y en su momento la Dra. Serrano. Quienes con su escucha y orientaciones han logrado que explore mi interior en búsqueda de mi ser, el resurgimiento de mi luz y de mi paz, cimentándome en el amor. Al igual que me incentivaron a  utilizar mis propias herramientas para emprender mí camino y que me dirija a mi reencuentro y  transformación. ¡Gracias! Por ser parte de este hermoso proceso.

En la siguiente entrega, iniciaremos el capítulo II, En conflicto, subcapítulo 2.1. “Crisis y emociones” desde la narrativa de mi experiencia personal. Bienvenido  a acompañarme en esté “Despertar. El camino a mi ser”. Estas han sido mis posibilidades. Nuevamente te pido que no me creas, ni que estés de acuerdo conmigo, solo me expongo ante ti a través de mis experiencias y aprendizajes; el volver a mi consciencia (alma) en búsqueda de mí SER. Ir de la cabeza, al corazón y de éste a mí Ser. De la lógica, a sentir y de sentir al Soy.

Por: MSc. Leidy Parra


Comentarios

Unknown ha dicho que…
Cuantas máscaras nos imponemos desde el miedo y el dolor, ocultando nuestro propio ser, cuántas personas entran y salen de nuestra vida y solo llegan a cococer solo la máscara que usamos frente a ellas, pero encuentras en el camino personas que ven más allá y a quienes dejas pasar el muro que levantamos para ocultar nuestras heridas y esas personas son las que llegan a ver nuestra luz interna y nos impulsan a buscar la transformación, de oruga a mariposa.

Entradas populares de este blog

DESPERTAR. Roles o sub personalidades

DESPERTAR. Colapso emocional

ELIJO SER FELIZ