DESPERTAR. Heridas y máscaras
1.5- Heridas y máscaras
Para iniciar esta nueva entrega de la serie
de artículos relacionados al proceso de transformación interna, que me han
llevado a escribir el texto “DESPERTAR,
el camino a mi Ser”, el cual esta subdividido en 3 capítulos. 1. Dormida,
2. En conflicto y 3. Despertar y estos a su vez en subcapítulos para hacer más
sencilla la lectura y mostrar de alguna manera cada una de las etapas en las
cuales he de plasmar aspectos relacionados con mis experiencias personales ante
la búsqueda incesante de mi autoconocimiento. En cada uno de los segmentos se
presentaran aspectos teóricos que sustenten los temas que se están tratando en
cada uno de ellos.
Muchas veces en nuestra vida, andamos con una
venda sobre los ojos que nos impide ver conscientemente lo que pasa alrededor,
adicionalmente a ello, también nos hacemos los sordos ante la realidad, ¿pero
qué es la realidad? Una pregunta de múltiples respuestas, pero que al final, la
más simple es la correcta, mi realidad es distinta a la tuya, así estemos
viendo lo mismo, porque mis percepciones son distintas, mis creencias, mis
emociones y cada una de las experiencias que he pasado durante la vida, me
harán darle un sentido particular a lo que observo, a lo que hago y a lo que
siento.
En una oportunidad en una sesión de terapia
me decían, tú has acumulado en tu mente un sinnúmero de hechos y creencias que
te las han transmitido tus padres, ellos de forma inconsciente fueron grabándolas
en tu memoria, pero además ellos también recibieron una programación de sus
padres, en otras palabras, somos el resultado de una cadena de creencias, de
generación en generación, pero muchas de estas creencias son erradas, son
limitantes y son bloqueadoras, por ello, es importante poder reconocerlas y aprender
que no debemos seguir atados a ellas. ¡Interesante! Como durante toda nuestra
vida hemos recibido estímulos que han forjado nuestro carácter, nuestra
personalidad, nuestros pensamientos y nuestra forma de ser y la mayoría de
ellos, fue de forma inconsciente. ¡Extraordinario! Solamente debemos detenernos
a pensar un momento y buscar las estrategias correctas para cambiar toda esta
programación.
En esta etapa de mi vida, aún en el estado
dormida, no podía ver esta realidad y mucho menos aceptarla, hasta este momento
había llegado a pensar que esa era mi forma de ser y simplemente no la podía
cambiar, estaba sumergida en ese sistema de creencias limitantes, reprimiendo
mis emociones, teniendo tantas ganas de hacer muchas cosas, pero mi verdadero
ser permanecía atrapado. Recuerdo una oportunidad que Simón Stern me pregunto,
¿Quién es Leidy? En ese momento conteste, “realmente
no sé”, hasta el presente sé que soy bombero, que he estudiando cuatro
carreras universitarias, que tengo más de veinte años de servicio, que llegue a
ser directora de una universidad en cuatro estados diferentes en Venezuela, que
me gusta tocar la guitarra y andar en bicicleta y él me dijo, pues nada de eso
eres. Vaya sorpresa, nada de eso soy, ¿Y entonces quién soy? Ahí estaba la verdadera respuesta, en buscar
entender quién realmente soy, pero esa pregunta no la podía contestar con mi
cabeza, desde mi lógica y mi intelecto, esa respuesta debía buscarla en mi
corazón, en mi alma, debía iniciar un viaja a mi esencia, eso que tantas veces me
dijo Palexis (Padre Alexis Sánchez) en cada uno de sus retiros espirituales,
encuentra tu paz interior desde la esencia de tu ser. ¡Realmente maravilloso!
¿Cuántas veces mostré rigidez de carácter y
dureza ante distintas situaciones? Cuando realmente por dentro tenía enormes
ganas de llorar, cuántas emociones reprimí, solo para no parecer débil ante los
demás. ¿Cuántas emociones atrapadas están dentro de mí? ¿Cuántas máscaras he
creado para esconderme? Vaya, que han sido muchas, pero lo curioso de todo
esto, no solo era auto-descubrirme, sino aceptar que debía empezar ese viaje al
cual le tenía tanto miedo. Mi terapeuta Dra. Delgado me pregunto en una
oportunidad ¿Qué es lo que buscas con la terapia? En ese instante dije diversas
cosas, pero hoy contestaría, que buscaba el vehículo más adecuado para
encontrarme, porque me daba miedo emprender este viaje sola, necesitaba ver y
al encontrarme ciega era imprescindible en ese momento que alguien me guiara,
hasta que encontrara mi propia luz. De este proceso, debo agradecer el apoyo
que recibí de Stern, Delgado y Palexis, quienes con sus palabras, enseñanzas,
orientaciones, estímulos, bofetadas y empujones motivacionales, me han
incentivado a tener el valor de emprender este viaje. También puedo agradecer a
muchas otras personas que sin saberlo han contribuido a identificar a través de
los espejos mi reflejo en ellos.
Durante esta etapa, me era muy difícil
concentrarme para meditar, entender y sentir lo que mi ser quería decirme, me
encontraba en un estado de negación permanente, tratando de conceptualizar
todo, desde mi cerebro racional, y desde ese ángulo sería casi imposible que me
encontrara. Recuerdo que la Dra. Delgado recomendó en una oportunidad que
leyera un libro, se llama “Las Cinco heridas del alma que impiden ser
uno mismo” de Lise Bourdeau y pensé en ese momento, que aburrido
ponerme a leer, lo tome como un reto y me dije, bueno, que pierdo con leerlo, y
así empecé la lectura, vaya sorpresa, al ir leyendo cada vez que avanzaba una
página, más curiosidad me daba de saber que encontraría en la siguiente, que
podría identificar en mí, en relación a lo que explicaba la autora en su libro
y verdaderamente que me condujo a analizarme, identificar y darme cuenta de las
heridas que llevaba en el alma desde el mismo momento de nuestra concepción y
que cargaba durante toda mi vida y sin darme cuenta que estas heridas, nos
llevan a crear máscaras, con las cuales nos sentimos seguros y se convierten en
nuestras balsas de supervivencia. Tomando en cuenta la sugerencia de la autora
del libro, no trataré de explicártelo, debes leerlo y sacar tus propias
conclusiones, por ello al final de este texto te dejaré el enlace en el cual
puedes encontrar el libro y descargarlo.
Algo que si haré, es hacer un resumen de
algunos aspectos que me impresionaron del libro y cómo me reflejo en ello. Hay
una frase al inicio del libro que me causo bastante impresión “Todos tenemos la misma misión al llegar a
este planeta: *vivir las experiencias una y otra vez hasta que podamos
aceptarlas y amarnos a través de ellas*” aceptarlas y amarnos, dejarnos fluir desde el amor, que
lindo, pero a la vez tan complicado de entender en ese momento. Vivir las
experiencias una y otra vez hasta aceptarlas, ¡impresionante! El hecho de
aceptarlas, porque lo que más me costaba era aceptar las experiencias, fueran
buenas o malas, y esta era tan solo una de las frases iniciales y todavía me
faltaba mucho libro por leer.
Nuestra vida está formada por experiencias y
estas a su vez fueron percibidas desde las creencias con las cuales generamos
juicios, temores, sentimientos de culpabilidad, de no aceptación, de
frustración y demás, porque las rechazamos, las vemos desde lo complejo y no
desde lo simple de sentirlas tal cual como se nos presentan y de dejarnos fluir
en el instante presente y nos encerramos en un ciclo de repetición de los
mismos errores, hasta que aceptemos la experiencia que estamos viviendo. Estas
creencias nos impiden ser lo que realmente deseamos ser y nos llevan a
ocultarnos debido a nuestra forma de pensar.
Bourdeau (2011), presenta en su libro, cinco
heridas y cinco máscaras con las cuales nos presentamos ante el mundo y son las
siguientes:
HERIDA
|
MÁSCARA
|
Rechazo
|
Huidizo
|
Abandono
|
Dependiente
|
Humillación
|
Masoquista
(emocional/mental)
|
Traición
|
Controlador
|
Injusticia
|
Rígido
|
La autora menciona que las heridas provienen
de asuntos no resueltos dentro de nosotros que se iniciaron desde antes de nacer
y durante nuestra infancia y estos han sido impresos en nuestro inconsciente
por nuestros padres. Luego de pasar varios días leyendo el libro en mi tiempo
libre, pude comprender e identificar algunas características de estas heridas y
máscaras en mí y así pude entender aspectos de mi personalidad, creencias y
emociones que mostraba y que no reconocía su origen. Ahora podía ubicar la
relación que había entre lo que sentía, hacía y decía y que mayormente no
coincidían, los factores que influían en la gran contradicción que había
sentido durante muchos años. Así de esa manera se hizo evidente el temor que
tenía hacia tres aspectos primordiales,
que se presentan en el libro y son las siguientes:
Ø Al abandono: características: Dependiente,
soledad, tiende a ocuparse, llama la atención, quiere que lo tomen en cuenta y
ser el centro de atención.
Ø A la traición:
características: Controlador, disociación, negación, separación, aleja a las
personas por su mal carácter, es explosivo, que hagan las cosas tal cual como a
él le gusta que se haga.
Ø A la injusticia:
características: Rígido, frialdad, no demuestra sus sentimientos, busca la
justicia, pero es injusto consigo mismo, perfeccionista al extremo.
A continuación te traigo algunos extractos
del libro y mi interpretación sobre ellos. Cabe destacar que solo mencionaré
aquellos aspectos que puede identificar en mí, si deseas profundizar en el tema
y poder visualizar todas las cinco heridas y máscaras, te recomiendo leer el
libro “Las Cinco heridas del alma que impiden ser uno mismo” para lo cual te dejo un link al final
de este escrito y así puedas reconocerte directamente en lo que presenta la
autora en su texto.
Heridas y máscaras según Bourdeau (2011), que
identifique en mí, que se crearon desde mis experiencias personales y cómo estas
se fusionaron con mi personalidad y se mostraban al mundo exterior, ocultándome
con el objetivo de protegerme o eso es lo que asumía. Quiero recordarte que lo
que plasmo en estas líneas parte de esas experiencias de vida, de mis
creencias, de mis emociones atrapadas y lo que se forjo en mí y las actitudes
que tomaba ante los demás. Te pido que no me creas, ni que estés de acuerdo
conmigo, estas han sido mis posibilidades, mi realidad del momento y mi
perspectiva, que no es verdad, ni mentira, simplemente fue mi experiencia. estas heridas son las siguientes:
El abandono: se vive con el progenitor del sexo contrario.
El dependiente se siente fácilmente abandonado por las personas del sexo
opuesto, acusa a los demás y a sí mismo de sentirse abandonado. Cuando sufre
una experiencia de abandono con alguien de su mismo sexo, se acusa a sí mismo
por no haber prestado la suficiente atención al otro o por no haber sabido cómo
prestar atención adecuada. Lo que con frecuencia percibe como una situación de
abandono con las personas de su mismo sexo, es, en realidad, rechazo.
Cuando se activa la herida de abandono, te
colocas la máscara de dependiente, que te hace ser como el niño pequeño que
tiene necesidad de atención, la busca
llorando, quejándose o siendo sumiso ante lo que sucede porque no creer poder
lograrlo por sí mismo. Esta máscara te incita a hacer cosas para evitar que te
dejen o para recibir más atención, puedes incluso convencerte para que te
enfermes o seas víctima de algo para obtener el apoyo que buscas.
Al dependiente le gusta aparentar
independencia y decir, a quien quiera escucharlo, hasta qué punto se siente
bien solo y no necesita de nadie.
Quien sufre abandono alimenta su herida cada
vez que abandona un proyecto en el que tenía mucho interés, que se deja caer,
que no se ocupa lo suficiente de sí mismo y que no se presta la atención que necesita.
Infunde temor en otros al apegarse excesivamente a ellos, y de esta forma se
las ingenia para perderlos y estar de nuevo solo. Hace sufrir a su cuerpo y se
crea enfermedades para recibir atención.
Para
identificar las características que se mencionan para la herida de abandono y
de la máscara de dependiente, se requiere de un proceso de introspección y
observación consciente de nuestro propio comportamiento. Esto no significa que
presentes todas las características, pero puedes identificar varias de las que
muestra la autora en su libro. Fue interesante hacer ese proceso de observación
propio y darme cuenta que durante muchos años me oculte tras la máscara del
dependiente, en algunos momentos más que en otros, tal vez, en esos instantes
en los cuales me sentía más propensa o susceptible a ciertas situaciones, en
las cuales creía debía refugiarme para poder sobrellevar los acontecimientos
que se me presentaban. En cuántas oportunidades llegue a apegarme mucho a las
personas con las cuales sentía afinidad y evidentemente se fueron alejando,
buscaba apoyo, ayuda, llamaba la atención buscando empatía, me sentía como una niña que necesitaba
protección. Realmente lo más difícil fue hacer ese viaje interior e identificar
esta herida en mí y buscar las alternativas para aceptarla y superarla de la
forma correcta y así ir derribando la máscara de la dependencia.
La autora Bourdeau
(2011), también muestra lo siguiente:
Detrás del
dependiente (herida de abandono) se oculta una persona hábil que sabe cómo
satisfacer sus necesidades. Entre otras cosas:
·
Sabe lo que
desea. Es tenaz y perseverante.
·
No vacila
cuando tiene la determinación de obtener algo.
·
Tiene el don
de comediante; sabe captar la atención de los demás.
·
Tiene un
gozo natural, es jovial y sociable y refleja su alegría de vivir.
·
Es capaz de
ayudar a otros, porque se interesa por ellos y sabe cómo se sienten
·
Tiene
aptitudes para utilizar sus dones psíquicos en el momento oportuno cuando ha
dominado sus temores.
·
A menudo posee talentos artísticos.
·
Pese a que
es sociable, tiene la necesidad de momentos de soledad para volver a encontrar
su camino.
Al observar
cada una de las habilidades, destrezas, actitudes y demás que están ocultas en
la personalidad del dependiente, te puedes dar cuenta de la maravillosa persona
que ha estado oculta detrás de esta máscara, que en realidad lo que hace es
esconder tu verdadero yo, tu verdadero ser que está desesperado por salir y
mostrarse tal cual es ante los demás. Luego de leer estas características, me sorprendí
al identificarme en muchas de ellas y entrar en consciencia que existía una
enorme vibración interna que había estado encerrada, buscando incesantemente aflorar
y que gritaba con tanta fuerza por querer salir, pero que mis creencias y
miedos la opacaban y tomaban su lugar. Al estar dormida mi consciencia no me
daba cuenta de ello y por lo tanto no intentaba hacer nada, pero tampoco sabía
que debía hacer para explotar tan sorprendente luz interior que guardaba en mi
corazón, y realmente ha sido extraordinario el proceso de reconocerme, gracias
al apoyo y orientación de mis terapeutas, asesor espiritual y principalmente de
Dios, que como creyente que soy, es mi refugio.
Otra de las
heridas y máscaras con la cual me identifique, que según Bourdeau (2011)
presenta, es la siguiente:
La traición: se vive con el progenitor del sexo opuesto.
El controlador se siente fácilmente traicionado por las personas del sexo
opuesto y tiende a acusarlas por el dolor o las emociones que siente. Cuando
vive una experiencia de traición con alguien del mismo sexo, se acusa a sí
mismo y se reprocha no haberse anticipado a la experiencia y así, evitarla. Es
muy probable que lo que considera traición por parte de la persona de su mismo
sexo sea en realidad una experiencia que activa su herida de injusticia.
Cuando vive la herida de traición, te colocas
la máscara de controlador, que te vuelve desconfiado, escéptico, defensivo,
cauteloso y tolerante debido a tus expectativas. Haces todo lo posible por
demostrar que eres una persona fuerte y que no te dejas llevar o manejar
fácilmente; sobre todo, intentas mostrar que no permites que los demás decidan
por ti. Esta máscara te obliga a hacer todo lo posible por evitar perder tu
reputación hasta el punto de mentir. Olvidas tus necesidades y echas mano de lo
necesario para que los otros piensen que eres una persona de fiar. Esta máscara
también te hace proyectar la imagen de una persona segura de sí misma, aunque
no se corresponda con la realidad y dudas de tus decisiones o actos.
El controlador está convencido de que nunca
miente, siempre cumple con su palabra y no teme a nada.
Quien sufre de traición alimenta su herida
mintiéndose, convenciéndose de creer lo que es falso y no cumpliendo los
compromisos que tiene consigo mismo. Se castiga al hacer todo por sí mismo
porque no confía en los demás y no delega nada. Si delega, se ocupa tanto de
asegurarse de que los demás hagan lo que espera de ellos, que se impide
disfrutar de la situación.
Tamaña sorpresa
me lleve al momento en el cual me observe conscientemente e identifique esta
herida en mí, y mucho más al darme cuenta que durante muchos años me oculte
tras la máscara de controladora, vaya que era así, quería controlar todo, no
confiaba en los demás, mi trabajo siempre estaba primero que mi vida personal,
sacrificaba lo que me gustaba por cumplir con compromisos para quedar bien ante
los demás. Esta herida de la traición, no fue fácil de reconocer al principio,
hasta que se hizo evidente ante mí, fue uno de los procesos de introspección
más duros, llegar a la raíz, momento en el cual se fijo en mi inconsciente la
traición por parte de mi padre, identificarlo, afrontarlo y sacarlo ha sido
toda una sucesión de pasos para aceptarlo y entender que no fui responsable de
los hechos y que no debo seguir cargando esa pesada mochila del pasado en este
camino a mi transformación.
¿Cómo pase
tantos años sin reconocer esto? No lo sabía, solo conocía la culpa, por lo cual asumí tantas responsabilidades y
me desgaste tanto física como emocionalmente, por sobrecargarme con tanto
trabajo por mi desconfianza y por mi obsesión de que todo saliera bien, así
esto implicara involucrarme directamente en todo, sin perder de vista cada
proceso para lo cual pocas veces delegaba el trabajo, pero siempre buscando que
se hiciera como me parecía que era lo correcto, esto me llevo a padecer muchas
veces del síndrome de Burnout, por mi incapacidad de aceptar ayuda y aprender
que no todo lo debo hacer yo misma, que hay otras prioridades a parte del
trabajo. Para mí la prioridad era ser importante, lograr una reputación
profesional y de ser una persona responsable y de confianza, que descuide lo
más importante, que era ser feliz y para ser feliz debía dejarme SER.
Bourdeau
(2011), también muestra los aspectos positivos que posee el controlador:
Detrás del
controlador (herida de traición) se oculta generalmente una persona que tiene
cualidades de dirigente. Además:
·
Por su
fuerza, brinda seguridad y protección.
·
Es muy
talentoso. Es sociable y tiene buen sentido del humor.
·
Posee la
habilidad de hablar en público.
·
Es apta para
percibir y valorar el talento de cada persona, ayudándolos a adquirir más
confianza en sí mismos.
·
Es capaz de
delegar, lo que ayuda a otros a valorarse.
·
Sabe rápidamente
cómo se sienten los demás y reduce el dramatismo al hacerlos reír.
·
Es capaz de
pasar rápidamente de una situación a otra y de manejar varias cosas al mismo
tiempo.
·
Toma
decisiones sin vacilar. Encuentra lo que le es necesario y se rodea de las
personas que requiere para proceder a la acción.
·
Es capaz de
lograr grandes hazañas en diversos campos.
·
Confía en el
universo y en su fuerza interior. Es capaz de ceder completamente.
Cuando leí todas estas características
positivas del controlador y reconocí tantas en mí, por ejemplo: como me gustaba
ser líder, habar en público, especialmente en espacios de formación,
conferencias y demás, de mis talentos y
como por medio de ellos me encantaba expresarme, mi capacidad para tomar
decisiones y lograr cosas que otros no se atrevían, el brindar apoyo a los
demás en actividades altruistas, el por qué me gustaba tanto ayudar y orientar
a los jóvenes, estar al frente de grupos juveniles y de la gran fuerza interior
que vive en mí, entendí hasta los motivos por los cuales me llegue a formar
como bombero y el por qué llevo más de veinte años ejerciendo esta profesión.
Darme cuenta de los grandes
valores de mi personalidad que estuvieron ocultos, que de vez en cuando
afloraban, pero los ocultaba por mi equivocada creencia de que si me mostraba
me harían daño, me harían sufrir, cuando en realidad, la única persona que me
puede hacer daño, soy yo misma, con mis pensamientos. Y el no dejarme fluir
libremente desde mí ser. No ha sido fácil aprender y mucho menos salir de mi sistema de
creencias, pero eso forma parte del hermoso proceso que he estado viviendo. Surgen
dudas, si me han surgido muchas, he llegado a pensar que no vale la pena continuar,
si, pero es mi ego hablándome al oído, mi costumbre y mi negación a salir de mi
zona de confort, aquel espacio que cree durante toda mi vida, para sentirme
segura. Vaya que me siento vulnerable, así es, me siento más expuesta que
nunca, pero esta es la forma que tengo para mostrarme de una vez por todas.
El hecho que me atreva a
escribirte y exponerme desde lo más intimo de mi ser, no es fácil, pero es mi
catarsis, es una de las formas que he encontrado de romper con mi ego y dejar
salir mi ser, a través de mis escritos y de mis canciones, así siento que me
libero, así siento que fluyo. Estoy aún aprendiendo, eso es muy cierto, no me
las sé todas, realmente no sé nada, en este momento soy una aprendiz de mi
propia vida, soy la buscadora que surge en mi familia, para cambiar y tratar de
romper esta cadena que se ha creado de generación en generación; para escribir
mi propia historia a partir de hoy, el pasado debo dejarlo allí en el pasado, y
el futuro aún no llega, entender que lo único que tengo es mi presente y de
este presente el momento es Ya.
¿Cómo inicie este proceso? Un gran
colapso emocional me llevo a buscar ayuda profesional. Llegaron muchas dudas a
mi vida, miedos y tras la excusa de la tristeza y la depresión se escondía la
verdad: mi alma pedía ayuda a gritos, quería salir, mostrarse tal cual es y mostrarme
que debía curar las heridas que cargaba, despojarme de las máscaras con las
cuales me ocultaba.
La tercera herida y máscara que plantea Bourdeau (2011), con la
que me identifique fue la siguiente:
La
injusticia: se vive con
el progenitor del mismo sexo. El rígido sufre la injusticia con las personas
del su mismo sexo y les acusa de ser injustas con él. Si enfrenta una situación
que considera injusta con alguien del sexo opuesto no lo acusará sino que se
acusará a sí mismo de ser injusto o incorrecto. Existen muchas posibilidades de
que esta experiencia de injusticia con las personas del sexo opuesto sea más
bien de traición. Si el dolor es muy profundo, puede llegar a sentir ira
mortal.
En los casos de abusos graves e incluso
violentos, las personas causantes tienen la herida que le hace tanto daño que
llegan a perder el control. Es por ello que suelo decir *no hay personas
malvadas, sino personas que sufren*, no se trata de justificarlos, sino de
aprender a tenerles compasión, ya que condenarlas o acusarlas no les ayudará,
aunque podemos ser compasivos aun sin estar de acuerdo con su conducta. Este es
uno de los beneficios que obtenemos al percatarnos de nuestras propias heridas
y de las de los demás.
Por medio
del perdón verdadero, se puede llegar a tener paz. Sentirme culpable de las situaciones por las
cuales pase, me dificultaba dar el perdón y principalmente perdonarme a mí
misma. Perdonar a mi madre por situaciones que sentí injustas para mí, sin
darme cuenta que simplemente ella no lo hizo de forma consciente, ella también
había sido víctima de la programación mental de sus padres, de las
circunstancias y de su propio sistema de creencias. Llegar a entender esto fue
complicado para mí, pero luego del proceso para reencontrarme, poco a poco lo
entendí, lo acepte y me fui dando la oportunidad de perdonar. Fue doloroso,
claro que sí, enfrentarme a mí misma, dejar de culpabilizar y de culpabilizarme
fue el primer paso. Estas heridas se produjeron cuando era una niña, momento en
el cual no podía tener la responsabilidad de nada, estaba en mi etapa de
crecimiento, pero se albergaron en mi mente, construyendo un muro impenetrable,
que impedía la entrada de nadie y tampoco la salida de mi ser.
Cuando se activa la herida de injusticia, te
colocas la máscara de rígido, que hace de ti una persona fría, brusca y seca al
nivel de tu tomo muscular y tus movimientos. Al igual que tu actitud, tu cuerpo
también se vuelve rígido. Esta máscara te hace ser asimismo muy perfeccionista
y vivir sentimientos de ira, impaciencia, crítica e intolerancia contigo mismo.
Eres muy exigente y no respetas tus límites. Cada vez que te controlas, que te
contienes y que eres duro contigo mismo, significa que estas portando tu
máscara de rígido.
Al rígido le gusta decir lo justo que es, y
que no tiene problemas en la vida. Además, prefiere creer que tiene muchos
amigos que lo quieren como es.
Quien sufre de injusticia alimenta su herida
siendo muy exigente consigo mismo. No respeta sus límites y vive muchas
tensiones. Es injusto consigo mismo; se critica y no logra ver sus cualidades y
lo que hace bien. Sufre cuando solo ve lo que no ha hecho o los errores que ha
cometido. Se provoca sufrimiento por su propia dificultad para brindarse
placer.
Interesante
el proceso de observación e identificación de esta máscara en mí, darme cuenta de
mi aparente calma, cuando por dentro me desbordaba la impaciencia hacia mi
misma y hacia los demás, el llegar a momentos en los cuales se gestaba una gran
ira en mi interior que me provocaba tanta angustia e incomodidad física y
mental, el contener mis emociones de rabia o tristeza me llevaba a afectar mi salud,
porque acumulaba todas estas emociones y sentimientos sin saber cómo sacarlos
sin causar daños colaterales o simplemente para no quedar en evidencia como una
persona débil o eso creía. Mi vida debía mostrarse perfecta, al igual que mis
actividades y trabajos, la pulcritud y perfeccionismo extremo no me permitían aceptar
mis errores y tampoco los de los demás, aquí juega un papel importante la Ley
del espejo, en el cual debí identificar mi reflejo en los demás, para entender
algunos aspectos que no me eran evidentes. Recuerdo una conversación con mi
amiga Yaneth, entre tantas cosas me dijo “Yo
que te conozco sé que eres mucho más de lo que muestras a los demás, eres una
persona especial de grandes sentimientos, pero los demás solo ven tu rigidez…”
allí empecé a identificar mis máscaras, darme cuenta que en algunos lugares
solo me conocen a través de ella, que casi nunca dejaba ver mi ser.
Esta máscara
no solo me escondía de los demás, sino que establecía unos estándares elevados
en mi búsqueda de amistades y hasta de un hombre perfecto que se ajustará a las
características de perfeccionista que me establecí, pero la herida que llevaba
me hacía ponerme la máscara de rígida, mostrándome como un persona muy fría,
calculadora y brusca, cuando en realidad era puro sentimentalismo, que me
encanta el romanticismo, la ternura, los detalles, la sensualidad y demás, me
llegue a ocultar como mujer pensando que así evitaría que me hicieran daño, que
si me mostraba frágil sería más fácil que me lastimaran, pero en realidad, al
ocultarme me lastimaba a mí misma, porque alejaba a las personas y no lograba
fluir como realmente soy en mi interior.
El reconocer
la herida de injusticia y la máscara de rígida me sacudió los cimientos
emocionales, pero entendí que así debía ser, que debía colapsar y derrumbar los
muros levantados durante años, para poder dejar escapar a mi ser, que mi luz
interna se mostrará. Este trabajo sigue en proceso, la emociones atrapadas
deben salir, derribar mi sistema de creencias, esas creencias que me ha
limitado, para darle espacio a lo que durante tanto tiempo he deseado que ocupe
mi vida, a que mi SER florezca y sea libre como la brisa fresca de primavera, la
renovación del águila para darle lugar a mi renacer, a poder elevarme, que la
luz y la paz interior cubran mi vida.
Otros
aspectos que Bourdeau (2011), presenta son:
Detrás del
rígido (herida de injusticia) se oculta una persona creativa, con mucha
energía, dotada de enorme capacidad de trabajo, y también:
·
Es ordenada
y excelente para producir un trabajo que exige precisión.
·
Cuidadosa,
se ocupa de los detalles.
·
Con
capacidad para simplificar y explicar claramente lo que enseña.
·
Muy
sensible, sabe lo que sienten los demás sin perder de vista sus propios
sentimientos.
·
Sabe lo que
debe saber en el momento oportuno.
·
Encuentra a
la persona precisa para realizar una tarea específica y la palabra exacta y
justa que decir.
·
Entusiasta,
llena de vida y dinámica.
·
No necesita
a otros para sentirse bien.
·
Al igual que
el huidizo, en caso de urgencia sabe qué hacer y lo hace por sí mismo.
·
Consigue
afrontar situaciones difíciles.
Es maravilloso el poder descubrir la grandeza
de nuestro ser, el milagro perfecto de la creación de Dios que te lleno de amor
para construir tu propia felicidad, forjador de sueños y constructor de
realidades desde el amor, solo debes romper la cadena que te ata a las
creencias limitantes que fueron
impuestas por tus padres y las circunstancias durante tu infancia, pero ahora
eres el responsable de cambiar estas y explotar al máximo tus capacidades, si
puedes observar todas las cualidades y talentos que posees puedes llegar al
infinito y más allá. El darme cuenta de esto no ha sido fácil, aún sigo en mi
propio proceso, pero al reconocer que detrás de mi máscara de rígida estaba
todas estas virtudes, que puedo darme la oportunidad de explorarlas y dejarlas
salir, el ser ordenada, sensible, mi capacidad de ser docente, de transmitir
mis conocimientos, dejar el egoísmo de lado, enfrentar las situaciones de
frente y ser resiliente.
Te invito a escuchar esta canción y atender
su letra, ella ejemplifica este proceso de reconocerme desde mi interior. “Ven
a mí” de Andrea Bocelli y Matteo Bocelli.
Veamos
lo que Bourdeau (2011), nos presenta en el siguiente párrafo:
Amar una herida o amar los granos en tu
rostro significa que los creaste por una razón específica, y, sobre todo, con
la finalidad de ayudarte. En lugar de querer hacer desaparecer tus granos,
debes utilizarlos para adquirir consciencia de un aspecto de ti que no deseas
ver. De hecho, estos granos intentan atraer tu atención para que te percates,
entre otras cosas, de que en este momento tal vez temas dar la cara ante una
determinada situación, y que este temor te impide ser tú mismo. Al adoptar esta
nueva actitud, ya no verás el grano de la misma forma. Incluso agradecerás
haberlo tenido. Si decides vivir esta experiencia y adoptar este tipo de
actitud mental, sin duda los granos desaparecerán mucho más rápidamente, ya que
habrán sido reconocidos y amados por su utilidad.
Iniciar un proceso de reconocimiento y
agradecimiento, que estas heridas y máscaras formaron parte de tu personalidad,
ocultaron tu ser, pero se establecieron en tu vida para enseñarte a superar
dificultades de las mejor forma que podías en ese momento, ahora nos queda
aceptarlas y amarlas para que puedan ir desapareciendo, darme cuenta que los
demás no son culpables de lo que siento, que la única responsable soy yo, por la manera
como reacciono ante determinadas situaciones. Por ejemplo, si alguien viene y
te insulta, tú decides si reaccionas de forma violenta ante ese insulto, o lo
observas y determinas si es parte de ti, o solo le pertenece a quien te
increpa, si es así, el insulto solo le afectara a quien lo profiere. Así de
esta misma manera debemos aprender a observar, reaccionar y ser proactivos con
cada situación. El amor es el secreto de todo esto.
También Bourdeau (2011), en su libro nos
presenta cuatro etapas para el proceso de curación de las heridas.
Proceso de curación:
Ø
Primera
etapa: consiste en adquirir consciencia de la máscara que llevas. Lo lograras
gracias a los cinco capítulos previos en los que se describe cada una de las
heridas.
Ø
Segunda
etapa: la experimentaras cuando sientas rebelión durante la lectura de los
capítulos o cuando te resistas a aceptar tu responsabilidad y prefieras acusar
a los demás de tu sufrimiento. Debes decirte que es normal que todo ser humano
se resista cuando descubres aspectos de sí mismo que no le agradan. Esta etapa
es diferente para cada persona. Algunos sienten más rebeldía y resistencia que
otros. la intensidad de estas emociones depende de tu grado de aceptación, de
tu grado de apertura y de la profundidad de tu herida en el momento en que te
percates de lo que sucede en ti.
Ø
Tercera
etapa: te otorgas el derecho a haber sufrido y a reprochar por ello a uno de
tus padres o a ambos. Al percibir el sufrimiento que el niño vivió en ti,
serás, además, más compasivo con ese progenitor. Durante este tiempo, también
te será posible aceptar a tus padres y sentir compasión por ellos por lo que
han sufrido.
Ø
Cuarta
etapa: volverás a ser tú mismo y dejarás de creer que necesitas llevar tus
máscaras para protegerte. Aceptaras que la vida está llena de experiencias que
sirven para enseñarte lo que es beneficioso e inteligente para ti. Esto es lo
que se llama *amor a uno mismo*. En virtud de que el amor tiene un enorme poder
de curación y de infundir energía, prepárate para ver más transformaciones en
tu vida en el plano de las relaciones con los demás como en tu aspecto físico;
en otras palabras, podrás notar curación y cambios en tu cuerpo físico.
Recuerda que esta no es una fórmula mágica
que debes aplicar para resolver un problema, es tan solo una posibilidad que se
te presenta, que puedes tomar en cuenta o no, la decisión es tuya. De igual
manera te pido que si sientes la necesidad de emprender tu propio proceso y no
sabes cómo hacerlo, que busques la ayuda con un profesional que sepa
encaminarte, además debes tener presente lo que dice Osho “Ser un buen terapeuta es un
trabajo muy difícil. Un buen terapeuta debe ser inmensamente compasivo, porque
no son sus técnicas las que ayudan a la gente, sino su amor”. Algunas personas
debimos colapsarnos, desmoronarnos para entender que en ese proceso de
destrucción estaba implícito nuestro renacimiento, pero no todos hacen su
proceso de la misma manera.
Otra frase que debes tener en cuenta es “Un sanador,
no es alguien al que vas para que te cure. Un sanador es, una persona que
despierta en ti, tu propia conciencia para sanarte a ti mismo” no sé a quién pertenece, pero es
preciso que entiendas que el proceso de sanación depende exclusivamente de ti
mismo. Si sientes la necesidad de buscar ayuda, búscala, deja el temor a un
lado, atrévete y emprende tu proceso. Si en algún momento piensas y quisieras
preguntarme el por qué escribo estas cosas o surgen en tu mente juicios o críticas
hacia lo que te presento aquí, solo te puedo decir, que estarías usándome como
espejo y estarías viendo tu reflejo en mí. Por qué escribo esto, no tiene respuesta, solo
lo escribo porque lo siento así. Gracias por leer mis textos.
Si deseas leer el libro “Las Cinco heridas del alma que impiden ser uno mismo” de Lise
Bourdeau. Puedes descargarlo en la siguiente dirección:
El proceso ha sido personal,
pero agradezco el apoyo por parte de Palexis, Dra. Delgado, Simón Stern y en su momento la Dra. Serrano. Quienes
con su escucha y orientaciones han logrado que explore mi interior en búsqueda de
mi ser, el resurgimiento de mi luz y de mi paz, cimentándome en el amor. Al igual
que me incentivaron a utilizar mis
propias herramientas para emprender mí camino y que me dirija a mi reencuentro
y transformación. ¡Gracias! Por ser
parte de este hermoso proceso.
En la siguiente entrega,
iniciaremos el capítulo II, En conflicto,
subcapítulo 2.1. “Crisis y emociones” desde la narrativa de mi experiencia
personal. Bienvenido a acompañarme en esté “Despertar. El camino a mi ser”.
Estas han sido mis posibilidades. Nuevamente te pido que no me creas, ni que
estés de acuerdo conmigo, solo me expongo ante ti a través de mis experiencias
y aprendizajes; el volver a mi consciencia (alma) en búsqueda de mí SER. Ir de la cabeza, al corazón y de éste a mí Ser.
De la lógica, a sentir y de sentir al Soy.
Por:
MSc. Leidy
Parra
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