¿Qué te impide triunfar?



Hoy me trae a escribirles un tema que día a día ronda a nuestro alrededor, no solo en el ámbito laboral, sino también en lo personal. El que se instala en nuestras mentes y no nos permite avanzar por diversas razones. Cuántas veces nos hemos preguntado, ¿Por qué no tengo un mejor trabajo? ¿Por qué no tengo dinero? ¿Por qué no triunfo en nada? La respuesta es simple y está en nuestra forma de pensar. Te pongo un ejemplo: Si eres atleta que deseas ser campeón de una medalla olímpica en alguna disciplina en particular, debes dedicarte a entrenar, no solo a fortalecer tus músculos y habilidades en ese deporte, sino también fortalecer tu mente para no sucumbir ante la presión de una competencia; debes intentar, competir y competir hasta hacerte el mejor en ese deporte y alcanzar el pase a los olímpicos y luego al estar allí, dar el todo por el todo para ganar esa medalla de oro. ¿Eso qué significa? Que para triunfar debes prepararte, debes esforzarte, explotando tus habilidades, destrezas y talento para lograr la meta. Debes trabajar para ello.

El primer obstáculo que vas a encontrar camino al éxito, eres tú mismo. Tu sistema de creencias limitantes te pueden llevar a bloquearte mentalmente y pensar todo el tiempo, que no puedes, que no vas a ganar, que no tienes lo que se necesita para triunfar, que no te mereces ganar y un sinnúmero de otras escusas que te repites día a día hasta que te las crees y por ello no avanzas. Otra razón que puedes sentir, es el miedo a salir de la zona de confort, estas tan acostumbrado a cómo has vivido hasta ahora que te sientes cómodo como estás y la incertidumbre de enfrentarte a nuevas experiencias te puede llegar a aterrar y paralizarte.

Los apegos son otro elemento que te puede llevar a pensar que no puedes buscar otras alternativas, porque estas apegado a tus cosas, a tu pareja, a tu familia, a tus hijos, a tus amigos y a tu trabajo y crees que si te alejas de ellos, lo perderás todo y nada será igual. Claro que nada será igual, claro que habrá cambios en tu vida, pero la familia, seguirá siendo tu familia, los amigos serán los amigos, lo que debes de cambiar es tu actitud, tu forma de pensar, debes abrir espacios en tu mente para entender que las alternativas te llevaran a una nueva experiencia, con la cual podrás realizarte. No siempre las decisiones que tomas te llevaran al triunfo de forma inmediata, no esperes que eso suceda así, tendrás que enfrentar situaciones en las cuales sentirás que has perdido todo, así como el deportista, se enfrenta al dolor muscular de cada entrenamiento, se enfrenta al cansancio, se enfrenta a las derrotas, pero sabe que si sigue intentándolo podrá ganar. La clave es, no rendirse, es mantenerse en movimiento.

¿Alguna vez te has detenido a pensar qué te impide triunfar? Has hecho consciente esta pregunta, para poder encontrarle las respuestas adecuadas dentro de ti. No puedes ir por el mundo echándoles la culpa a los demás por tu derrota o por tus fracasos, el único responsable eres tú. ¡Si, el responsable eres tú! La vida, te muestra tantas posibilidades, pero cuantas veces las has ignorado y te has quedado con la que te parecía más fácil; amigo, amiga, ya basta de soportar la frustración hacia ti mismo, ya basta de sentirte un fracasado o fracasada, no te desprecies como ser humano; descubre tus propias sombras, para que puedas dejar salir la maravillosa luz que guardas dentro. Si, eres un ser maravilloso, que no se ha dado cuenta del gran potencial que tiene, posiblemente por miedo.

Las creencias limitantes te han impedido ver la luz, te has sentido bloqueado en cada paso que has querido dar en el camino, te has dejado bloquear por los demás, por tus padres, por tus jefes, por tus amigos, por todos los que han opinado en algún momento sobre tu vida. ¡Bárbaro! Que importa la opinión de los demás. Debes saber diferenciar entre un consejo que te activa y una opinión que te bloquea o te limita. Me preguntaras ¿cómo se cuáles son mis creencias limitantes? Debes descubrirlas, debes identificarlas y trabajarlas, si no puedes solo, busca ayuda, pero intenta en silencio ver cuáles son esos pensamientos que te limitan, que sientes que no te dejan avanzar.  A veces necesitamos un empujón para que en medio de esa caída abramos los ojos y empecemos a ver.

Te puedo contar una anécdota, hace años cuando me convocaron a concursar para el cargo de una universidad en Venezuela, asistimos más de sesenta bomberos de todo el país a presentar las pruebas de selección y yo en ese momento ostentaba una de las jerarquías más bajas de todos los bomberos que asistimos a las evaluaciones, me tocó viajar desde la ciudad de Mérida, hasta Caracas, con muchos miedos, pero con grandes expectativas a la nueva experiencia. Quería lograr el cargo, claro que sí y puse mi mejor empeño; en mi trabajo varios compañeros me decían: Para qué vas a Caracas, eso está muy lejos. Esos cargos siempre los ganan los oficiales de Caracas. Si no tienes contactos políticos no lo lograras. ¿Qué te has creído para ir a concursar por un cargo de dirección? Entre muchas otras. Así fue, muchos querían bloquear mi aspiración, pero hice “oídos sordos” y me arriesgue. Cuál fue mi sorpresa que de todos los que concursamos, solo dos quedamos seleccionados y una de ellas era yo. Me atacaron las dudas, si, me dio miedo, si. Era una gran responsabilidad que debía asumir, pero sentía en lo profundo de mí ser, que si me dedicaba a trabajar con esmero, responsabilidad y honestidad el triunfo estaría en mis manos. Así fue, ingrese a esa universidad inicialmente al frente de su sede en el estado Táchira, luego me transfirieron al estado Aragua, luego a Caracas y posteriormente a Mérida, fue una experiencia de aprendizaje muy intensa e interesante, pero me atreví a salir de mi zona de confort, me atreví a enfrentar a los dragones (superiores) que querían doblegar mi espíritu (y vaya que fueron muchos dragones que debí confrontar en esta etapa), pero la realidad, fue que me atreví a enfrentar mis propios miedos para avanzar profesionalmente.

Así como esta te podría contar muchas historias de superación, como también anécdotas de derrotas, porque así como he ganado, también he perdido y esas han sido mis mayores enseñanzas, porque de los errores se debe aprender, porque con ellos nos fortalecemos para la próxima aventura. Tómalo así, la vida es una aventura que debes disfrutar, con sus luces y sombras, con sus caídas y subidas, todo te lleva a donde deseas llegar, solamente debes darte la oportunidad de experimentarlo. Date la oportunidad de auto-descubrirte y vivir según la esencia de tu ser.

Hoy te traigo una lectura sencilla, pero que te mostrará un claro ejemplo sobre lo que hemos conversado.
Forma parte de las compilaciones del libro “La Culpa es de la vaca

Empuja la vaquita
Un sabio maestro paseaba por el bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de conocer lugares y personas, y sobre las oportunidades de aprendizaje que nos brindan estas experiencias.
La casa era de madera y sus habitantes, una pareja y sus tres hijos, vestían ropas sucias y rasgadas, y estaban descalzos. El maestro se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia, y le dijo:
-      En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio, ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir?
El hombre respondió calmadamente:
-      Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Parte de la leche la vendemos a la cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con la restante elaboramos queso, cuajada y otros productos para nuestro consumo.
Así es como vamos sobreviviendo.
El sabio agradeció la información y contemplo el lugar por un momento, antes de despedirse y partir. A mitad de camino le ordenó a su fiel discípulo:
¡Busca la vaquita, llévala al precipicio y empújala!
El joven lo miró espantado y le replicó que ese animal era el medio de subsistencia de la familia. Como percibió el silencio absoluto del maestro, cumplió la orden: empujó la vaquita al barranco, y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en su memoria.
Un día, el discípulo resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar para contarle la verdad a la familia y pedir perdón. Así o hizo, y a medida que se aproximaba veía todo muy bonito, diferente de cómo lo recordaba. Se sintió triste, imaginando que aquella humilde familia había debido vender su terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y, al llegar, fue recibido por un señor muy simpático, al cual preguntó por las personas que vivían  en ese lugar cuatro años atrás. El hombre le respondió que allí seguían.
Sobrecogido, el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que había visitado años antes con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor, el dueño de la vaquita:
-      ¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?
Emocionado, el hombre le respondió:
-      Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que nos sabíamos que teníamos; así alcanzamos el éxito que sus ojos ven ahora.
Esta es la realidad de lo que se ha llamado zona de confort. Estamos tan conformes con el estado de las cosas que nos rodean que no desarrollamos otras posibilidades. Solo necesitamos un evento sorpresivo para darnos cuenta de que la seguridad puede ser nuestra pero consejera y de que nos impide ver el horizonte. (Lopera y Bernal, 2002: 113-115)

Salir de la zona de confort, enfrentar los miedos, identificar tus creencias limitantes, son el primer paso para que vivas tu vida con libertad, con coherencia, con amor y fidelidad a ti mismo. Es un proceso, claro que sí, pero no es imposible, los limites los pones tú, así que eleva tu espíritu al más alto nivel de consciencia y redescúbrete como el ser  que eres.

Para los que estén interesados en leer el libro “La culpa es de la vaca” de Jaime Lopera y Marta Bernal. Lo puedes descargar a través del siguiente vínculo http://www.cema.edu.co/images/pileo/libros/La_Culpa_Es_De_La_Vaca.pdf

Mi reto para ti hoy.  
Si lo aceptas,  te invito a participar activamente en este blog, exponiendo tus ideas o tu opinión. Te pido que realices un comentario con el cual des respuesta a alguna de las siguientes preguntas:
¿Qué herramientas has utilizado para alcanzar tus metas?
¿Qué miedos o creencias limitantes sientes que te bloquean mentalmente y no te permiten avanzar?
¿Qué aprendizaje te deja la lectura de “Empuja la vaquita”?

Participa activamente en esta oportunidad.

“El triunfo está reservado para los valientes, aquellos que no se rinden y entregan su corazón en cada intento” Leidy Parra

Me encantaría leer tu comentario y si te parece apropiado puedes compartir este artículo. Feliz día.


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